Se Me Va A Quemar El Corazón

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Nota de autor: Historia medio cursi. Leer bajo su propio riesgo :P.



—Alejandro, por favor. No hagas esto —rogó un joven de piel ligeramente bronceada, expresivos ojos verde olivo y cabello castaño.

—No me has dejado opción, España —espetó el otro joven, mirando duramente al que antes era su tutor—. Tú me orillaste a esto o ¿Acaso creías que estaría a tu servicio toda la vida?

La tensión entre ambos era palpable, ya no había vuelta atrás y lo sabían. Ahora, sólo quedaba luchar y proclamar un ganador sobre la Nueva España.

Libertad o esclavitud

Y la gente de Nueva España reclamaba su tan ansiada libertad con tal fervencia, que ni el mismísimo Lucifer podría oponerse a sus demandas. Lo que había desencadenado una guerra entre ambas naciones; guerra, que ellos no querían pelear, pero era necesaria en el nombre del poder.

—No quiero hacerte daño.

—Preocúpate por ti mismo, Toño.

Con un nudo en la garganta, el imperio español desvió la mirada del muchacho. No

El hombre frente a él e hizo una seña a sus generales para empezar el asalto hacia el ejército del contrario.

—¡Preparen las armas!

Antonio veía el paisaje frente a él con un aire desolado, su crío estaba liderando las tropas que se enfrentarían a las suyas. Su mirada era feroz, su postura segura y firme, oscilando liderazgo y confianza en sí mismo.

Antonio quizás nunca se lo diría, pero estaba orgulloso del hombre en que se había convertido, incluso si odiaba en lo que eso resultaría.

—¡Viva México! —y el infierno se sumió en la tierra, tragándose todo a su paso sin piedad, pero a Antonio eso no le importaba. Su cabeza sólo podía recordar aquel potente grito que reconocía a su colonia como un país diferente, al autodenominarse «México».

De repente, fue como si algo se apoderara de su ser, la furia lo consumió al instante, y entre el combate de los soldados, encontró a Alejandro cargando su rifle. Al verlo, se abalanzó sobre él, llevándose a ambos al suelo por el impacto.

Colérico, le asestó un certero golpe en la mejilla, que le volteó el rostro bruscamente hacia la derecha, dejando la piel sonrosada y sensible. Alejandro, mareado por el golpe, trató de no darle importancia, y se empezó a remover por debajo del otro, mientras lo tomaba de los brazos para sacárselo de encima.

 —¡Después de todo lo que hice por ti!

—¡¿Qué hiciste por mí!?

—Yo te amaba —chilló Antonio furioso en la cara de Alejandro—. Te crie casi como a un hijo.

Era tanto el nivel de indignación y dolor, que no se percató del leve cambio de respiración de su colonia al escuchar esas palabras.

—¿Me criaste? Si lo único para lo que eras bueno era para desaparecer lo antes posible una vez que veías que tus barcos estaban llenos de oro —esas palabras fueron pronunciadas con tal ponzoña que a Antonio le sorprendió. Momento que Alejandro aprovechó para empujarlo lejos de él y apuntarle con su arma.

—Seré independiente de ti, por las buenas o las malas —su mirada fría estaba clavada en su tutor, una mirada de odio tan intensa que a España le sorprendió no poder reconocer al pequeño niño que siempre lo recibía con una sonrisa desde de que lo encontró bajo ese cedro blanco.

Amado mío (Latin Hetalia fanfiction [México x España])Donde viven las historias. Descúbrelo ahora