Capítulo 11: Promesas de un Escorpión

3 1 0
                                    

Leila

Todo iba bien, hasta podría decir que me estaba divirtiendo en esa cena y disfrutando de los apetitosos platillos en la mesa, pero cuando escuche mi nombre salir de los labios de Antares me puse nerviosa, hasta ahora no se como no me quede congelada, tampoco sabía cómo iban a ir las cosas con el, solo esperaba que me dejara quedarme.

Después de la cena Lesath me guió hasta el despacho de su padre, pero cuando entramos este le pidió a su hijo que se retirara, así que ahí estaba, frente a la estrella principal de Escopio.

Te voy a hacer sincero Leila, no estoy de acuerdo que mi hijo te haya traído como su protegida, pero respeto su decisión, por algo es General - dijo sin quitar la vista de los papeles que tenía en su escritorio.

Era un manojo de nervios en esos momentos, en especial cuando un silencio se instaló en la habitación, ¿tenía que contestar algo? ¿pero qué exactamente iba a contestar? ¿no se preocupe, no causaré problemas?

Antares termino de firmar los papeles sobre su escritorio para luego levantar la mirada y fijarla en mi.

Cuéntame de ti, y ni se te ocurra mentir o disfrazar la verdad, se que Lesath alteró los hechos referentes a la muerte de Becrux pero yo se que su asesina está parada frente a mí - dijo sin desviar la mirada.

Asesina, por mas que trate de no pensar en la palabra y en lo que significaba, muy en el fondo sabía que era cierto, era una asesina, lo había sido desde el día en que mi madre murió, y por más que tratara de justificar mis acciones estas no cambiarían su esencia.

Así que hable, le conté sobre mi niñez con mi madre y como murió y los hechos de ese sangriento recuerdo, le conté como termine trabajando para Becrux y cómo hice un plan para escapar. Debo de admitir que hice varias pausas para contener las lágrimas y que la mayor parte del tiempo mi voz se mantuvo casi en un susurro, la pesadez en mi pecho era aplastante y lo único que quería era salir de ese lugar y esconderme bajo mis sábanas a llorar.

Antares no mostró ningún sentimiento cuando termine de contar prácticamente mi vida, y por un instante, ante su silencio, pensé que me iba a echar, hubiera sido lo más inteligente, pero para mi sorpresa solo me dio una advertencia.

Nada de asesinatos niña, menos a un miembro de esta constelación, no quieres saber de que soy capaz -

Decir que estaba nerviosa sería poco, estaba temblando en el lugar, y ni siquiera supe como mis labios se movieron.

¿Es una amenaza? -

Es una promesa niña, ahora retírate, el lunes encontrarás una lista de recados, nadie vive bajo este techo como holgazán, y si mi hijo dice algo que hable conmigo primero, ¿entendiste? - dijo con voz autoritaria.

Si señor -


Para cuando salí del despacho Lesath me estaba esperando fuera, estoy segura que dijo algo como "¿estas bien? o ¿qué tal te fue?" pero la verdad es que no estaba segura, solo quería llegar a mi cuarto y encerrarme ahí, como daría por un abrazo de mi madre en estos momentos.

También estoy segura de que mis labios salieron un "llevame a mi cuarto" pero ni siquiera sabía si lo había dicho lo suficientemente alto o entendible. Lo que sí sabía era que comenzamos a caminar, a paso lento, pero nos alejabamos del despacho de Antares.

Cuando Lesath dejó de caminar y me digne a levantar la mirada para poder hacer una vaga despedida y entrar a mi habitación, me di cuenta que no estaba delante de una puerta sino de un Jardín. Ese hecho me sorprendió lo suficiente para hacerme salir de mi estupor.

¿Qué hacemos aquí? - dije mirando a Lesath.

Aún es temprano, y no te iba a dejar ir a tu habitación en el estado que estabas. Te preguntaría qué pasó con mi padre, pero lo conozco y no necesito usar mi magia para saber qué es lo que mi padre te obligo a contar - dijo con voz tranquila.

Ambos nos sentamos en las escalera que daban entrada al jardín, y me di cuenta que esto era lo que necesitaba, una compañía silenciosa y una distracción como mirar las flores y luces del jardín, me distraje recordando las propiedades de cada planta que veía.

Lavanda, con propiedades calmantes. Menta, para tos. Rosas, contra la rosácea en la piel. Me sentía como si mi madre estuviera ahí, susurrándome las propiedades de esas plantas y animándome a jugar a crear remedios. Tal vez debería de volver a escribir sus recetas, sería una forma de inmortalizar su recuerdo.


Nuevo cap de la semana! espero que lo disfruten y para los que leen Vendida, ya edite el cap 1, entre la semana estaré subiendo el cap 2 editado ;D

Besos y linda semana! <3 <3 <3

Portadora de la Muerte - Tierras SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora