Érase una vez... En Twisted Wonderland

Portal

Ese mundo de ensueño volvía a Ciel abruptamente como una pesadilla, al ver a su pequeño retorciéndose en brazos de Lilia hizo que su corazón diera un vuelco, palideció ante la sola idea de que este se lo llevara a ese mundo mágico donde tal vez no volvería a verlo más. Aunque Twisted Wonderland era parte de su pequeño no permitiría que lo apartaran de su lado, nadie podía llevarse lo que era suyo, su hijo que era su razón de vivir, Étienne le pertenecía, el miedo que le invadía se convirtió en enfado.

—¡Ciel me alegra verte, mira cuanto has cambiado! ¡Hasta has crecido un poco! —Emocionado Lilia lo saludaba a la vez que hacía una barrera mágica frente suyo para evitar que se le acercaran— ¿Por qué me miras con odio? Oh... Es porque tengo a tu pequeño, déjame decirte que es un niño realmente hermoso y tan listo, no voy a lastimarlo.

—¡Déjalo...! ¡Es mío!

—Bueno no es solo tuyo... ¿No? ¿No crees que Malleus tiene derecho de conocerlo?

—¡Que él venga aquí entonces! No le impediré que lo vea pero no lo apartes de mi, es todo lo que tengo, es mi vida...

La mirada de Ciel se tornó llorosa en lo último que dijo, el solo imaginar que le quitaran a su amado hijo sentía que su vida perdería todo sentido. Sebastian a su lado apoyaba su mano en el hombro de su amo en señal de apoyo, dándole a entender que no lo dejaría solo ahora.  

—Lilia por favor seamos razonables, tal como dijo el joven amo podemos arreglar esto, así como tú viniste a este mundo también el señor Draconia podría ¿No?.

—Sebastian... Sebastian... ¡Cuánto te he extrañado, que gusto me da verte!

—Aunque no lo creas yo también te he pensado, tal vez hasta fue mi corazón el que te trajo aquí.

—Kufufu... Tan coqueto como siempre pero solo lo dices para que baje la guardia ¿Verdad? No juegues conmigo Sebastian, eso es cruel.

—Lo digo en serio... ¿Por qué no nos sentamos a hablar? Hay un delicioso pastel de cumpleaños por partir y puedo preparar té.

—Es tentador pero no tengo mucho tiempo... —Con una sonrisa le decía, hubiera querido seguir con la charla pero no podía perder esta oportunidad— Oye Ciel ¿Por qué no vienes conmigo?

Sebastian dirigió su mirada a Ciel, quien parecía no querer rechazar la propuesta pues en silencio se quedó, después de todo era lo él que anhelaba. El deseo de volver con su gran amor junto a su pequeño para formar una familia feliz se haría realidad pero ¿El orgullo se lo permitiría? ¿Por qué no fue Malleus Draconia quien lo echó del mundo de ensueño para no verlo más?

—¡Papá...! ¡Vamos juntos! —Le gritaba Étienne tratando de zafarse— ¡Si no voy contigo no quiero ir a ningún lado!

—¡No entiendo nada...! ¿De qué hablan?

Exclamaba confundido Soma y este era el sentir compartido de los demás que no conocían la verdad que Ciel les había ocultado por años.

—¡Si el joven amo se va, nosotros también ¿Verdad?! —Decía decidido Bard en voz alta— No van a dejarnos de nuevo... Somos una familia ahora.

Lilia esbozó una sonrisa al ver como Ciel era apoyado por tantas personas, al parecer estos años no habían sido tan malos para él muy al contrario de Malleus que decidió encerrarse en si mismo, sumergido en su propia amargura y dolor, darse cuenta de aquello le hizo sentir un poco triste pero dando un suspiro recobraba la compostura.

—Ahh que complicado es esto... Quisiera llevarlos a todos se ven que son buenas personas pero no podría hacerlo ahora. ¿Qué tal si vengo por ustedes en mi próximo viaje? ¿Me esperarían?