El padre de Jungkook le había entregado la caja llena de fotografías a su hijo para que la examinara cuando quisiera con más calma, ambos habían estado revisando unos cuantos álbumes pero quedaban bastantes aún sin ver, estos abarcaban niñez y parte de la adolescencia de Jungkook.
Se enjuago la boca en el lavamanos de su baño y se miró al espejo por unos cuantos segundos, tenía un buen tiempo que no lo hacía. Su rostro estaba pálido y lleno de ojeras, sus mejillas hundidas, pequeñas gotas de sudor se deslizaban por su piel tras hacer tanto esfuerzo vomitando y sus labios estaban secos. Su cabello era un desastre, ya hacía falta cortarlo pero ahora mismo no tenía cabeza para ocuparse de su aspecto físico.
Luego de secarse el rostro con una pequeña toalla entró nuevamente a su habitación y se sentó en el borde de la cama mirando hacia la caja, su padre ya se había ido a dormir y él no tenía ni un poco de sueño a pesar de que el reloj marcaba ya la 1:12 am. Pensó que quizá sería una buena distracción el mirar unas cuantas fotografías de los álbumes, no recordaba mucho de su infancia y le extrañaba un poco aquello.
En el primero habían fotografías de su madre embarazada de él y su padre acariciando su vientre, en otras estaba su padre con un Jungkook recién nacido en brazos completamente dormido. El chico sonrió a medida que pasaban las páginas del álbum y cuando menos se lo esperó ya lo había terminado.
Tomó otro pequeño álbum con pasta color crema y lleno de estampas de dinosaurios, en él habían fotos de su primer fiesta de cumpleaños y de unos cuantos niños que supuso vivían en los alrededores, aparecía él comiendo pastel y abriendo los regalos acompañado de su padre. En otras fotos estaba regando el jardín y a las siguientes parecía tener ya alrededor de 10 o 11 años de edad. El álbum terminaba con una foto de él sentado sobre un gran tronco de un árbol tirado, mostraba una amplia sonrisa y en su mano derecha cargaba con una pistola de agua que supuso sus padres le habían comprado, a su lado, una cabellera negra acompañada de unos rasgados ojos azules se asomaba desde la parte trasera del tronco, la imagen le causó un sentimiento extraño y decidió guardarla dentro del cajón en su mesita de noche. Tenía muy pocos recuerdos de su infancia y sentía que aquel pequeño azabache había sido parte de ella pero no lograba recordarlo.
Miró otra hoja vieja doblada dentro de la caja y por un momento dejó de respirar, ¿como había llegado ahí? Estaba seguro de que no estaba hace unos minutos. Con un leve temblor en su mano la desdoblo curioso por comprender lo que tendría escrito.
"Es una linda fotografía, ¿no lo crees Jungkookie? Tu sonrisa es un sol, tus ojos son el cielo"
Atte: Mimi
Cómo siempre, la nota era bastante confusa y no lograba comprenderla del todo. Estaba bastante nervioso y sus manos comenzaban a temblar con más fuerza, sin pensarlo tanto apagó las luces de su habitación y se metió entre las sábanas de su cama, pero antes de hacerlo pudo sentir claramente la respiración de alguien detrás de su cuello.
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Escribo esto nuevamente en la madrugada después de tener un pequeño ataque de pánico, se me fue el sueño y necesitaba tranquilizarme un poco, aunque admito que me siento algo agotada mentalmente. Solo eso, espero que les esté gustando la historia <3
Actualización: ahora reviso y corrijo la historia mientras escucho "Vida en el espejo" de Enjambre :)) me hace sentir realizada el hecho de que ya domino mejor mis emociones, evolucioné jaja.
