Casada con el diablo (Ryomen Sukuna X Lectora) (+21)

Capítulo 5: Con miedo

—Te encargo a (...).

—Sí, Gojo-sama.

Indiscutiblemente tuve que empezar a temblar, estaba nerviosa y el terror no era para menos.

—Vamos señorita, por aquí—Dijo guiándome.

La seguí sin poner resistencia, rezando para que todo saliera bien. Gojo Satoru salió muy tranquilo en compañía de sus hombres mientras que yo estaba a la espera de noticias suyas.
No escuchaba nada de afuera, ni disparos ni discusiones y era lo peor de todo, la incertidumbre de lo que acontecería después. Tuve hasta el impulso de escaparme por alguna puerta trasera y no lo dudé, tan pronto como aquella empleada salió unos segundos me puse de pie de aquel cuarto en el que nos encontrábamos y caminé despavorida buscando alguna salida.

Corre (...), corre con miedo porque si Sukuna te llega a capturar pagarás la consecuencia de ser lo suficientemente valiente de alejarte de él.

Vi aquella puerta, tenía seguro y me detuve para intentar abrirla; sin embargo unos pasos que no escuché ya me habían alcanzado y con ello la resignación inevitable. Pero no era Sukuna, era uno de los hombres de Gojo.

—No trate de escapar.

—¿Qué ocurrió?—Pregunté asustada—¿Gojo derrotó a Sukuna?

—Venga conmigo, el señor Gojo la manda a llamar.

—¿Él...está bien?

—No haga preguntas, sígame.

Sabía que algo no andaba bien y lo seguí tambaleando. Caminé sostenida del brazo por aquel hombre sin escapatoria, bajando de a poco las escaleras y llegando a aquel amplio comedor donde desde mi posición visualizaba a Gojo y Sukuna sentados fumando mientras había una copa servida. Traté de escapar, el seguridad no me dejó. Me bajó a la fuerza y me puso  en medio de los dos hombres.

Gojo:—¡Hey! No seas tan brusco con (...).

—Lo lamento Gojo-sama pero quiere escapar.

Sukuna no decía ni media palabra, tan sólo se ocupaba de fumar y tomar como si nada, eso fue lo que me causó más terror.

Gojo se puso de pie, se agachó hasta mi altura colocando su mano en mi cabeza:—(...), confía en mí...ahora debes irte con Sukuna.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué me haces esto?!—Dije gritando en llanto—¡Me prometiste que no haría nada que no quisiera! ¡¿Por qué?!

Sukuna se puso de pie, se acercó a pasos firmes apartando a Gojo y quedando de frente a mí, ya no sentía miedo, estaba furiosa. Intenté golpearlo y él me bloqueó por completo esta vez dándome un único golpe que me dejaría inconsciente.

Me dolía la cabeza cuando volví en si en la cama de una habitación donde antes no había estado.

—Así que...te atreviste a irte con el desgraciado de Gojo.

Me senté en la cama, bajé la mirada para no hacerle frente a esa mirada llena de ira y frialdad.
Poco a poco Sukuna se fue acercando hacia mí, cerré los ojos esperando cualquier cosa menos el contacto de sus labios en mi mejilla.

Abrí nuevamente los ojos y su frente pegada a la mía junto con su respiración tan cercana volvió a paralizarme.

—Mátame de una vez—Le dije—Si no me matas, me voy a matar yo misma.

Sukuna acarició mi mejilla con una mano llena de frialdad con la misma que después me dio una bofetada volteándome la cara para después tomarme firme del mentón.

—¡Tú!—Me gritó con sus ojos en ira—¡Te atreviste a desobedecerme y ahora te comportas como si la culpa fuera mía! ¡¿Sabes en lo que me he metido por tu culpa?!

Con el temblor aumentando y sin nada que perder lo alejé con brusquedad, me puse de pie y pegada a la pared intentando mostrar valentía le dije:—¡Ya estoy harta! ¡Ni usted! ¡Ni Gojo Satoru ni nadie! ¡Absolutamente nadie me va a tratar como si fuera una muñeca manejable! ¡Si lo que quiere es golpearme golpéeme hasta matarme! ¡No tengo nada que perder porque ya no tengo nada!

—¿Quién te crees que eres para hablarme con esos humos tan elevados? ¡¿No sabes quien soy (...)? ¡Tú no eres más que mi perra!

—¡No soy tu perra! ¡Ya no voy a permitir que todos hagan conmigo lo que quieran! ¡Ven Ryomen Sukuna! ¡Mátame de una vez!