Bueno...te voy a contar una historia, y te preguntaras, ¿Quién narices es esta? Nadie, no soy nadie, simplemente una persona más en este mundo, pero me aburro así que pues te la cuento.
En fin...Allá voy
Todo comenzó el día que regresaba de mis vacaciones en el Caribe, ese año comenzaría la universidad y...en verdad me daba igual, JAJAJA. Cuando llegué al aeropuerto, he de decir que parecía un orco, llevaba el pelo recogido en un moño rápido, por que se me había olvidado poner la alarma para despertarme y llegaba tarde.
Además, iba en pijama.
Ya dentro del avión estaba buscando mi asiento, cuando por fin lo encontré...O MIERDA, EN SERIO MUNDO???
En el asiento de al lado mío, ejem, se había sentado una señora que por desgracia para mi conocía, de hecho me había peleado con ella hace un par de días, porque...vale no te rías de mí, pero yo me tropecé y sin querer y me caí encima de ella, que estaba acostada en una tumbona y la chafé. Jejeje
- Iujj, tu otra vez – Me dijo la señora mirándome con mala cara (Era una amargada)
- Eh, si, tampoco se crea que a mi me apetece mucho verla. – le conteste yo de forma despectiva
- Azafata!!! – Pero que iba ha hacer esta ahora?
De un momento a otro apareció una azafata joven, con rasgos suaves y el cabello dorado.
- ¿Qué le pasa señora? – Le preguntó ella suavemente.
- Denme otro asiento, yo no puedo aguantar tantas horas con esta al lado.
La azafata nos miraba a las dos con cara de: ¿Ustedes piensan que yo tengo tiempo para esta tontería?
- Señora, me temo que no hay espacio en el avión. Está todo ocupado, así que va a tener que quedarse en su sitio.
- No, dile a alguien que se cambie, ves a ese chico joven que hay ahí – Dijo ella señalando a un muchacho de unos veintipocos años. La azafata asintió – Lo conozco, dígale que me cambie el sitio, él aceptara.
Yo estaba flipando, ni que yo llevase la peste, simplemente habíamos tenido un... pequeño problemilla.
- Está bien señora – Le contestó la azafata y se marchó.
- Puff menos mal – Murmuró la señora (Mejor la llamaremos la amargada)
- Disculpe? Ni que yo echase peste – Quizá sí que la echaba y no me había dado cuenta, pero que conste que yo me ducho todos los días. Nah mentira.
- Per – La azafata apareció de nuevo e interrumpió a la amargada, pero esta vez con el chico detrás de ella, y la verdad no se si fue imaginacion mia, pero me dio la sensación de que la azafata tenía las mejillas sonrojadas.
- Señora, el joven ha aceptado. – Vi como la amargada se levantaba lo más rápido posible, definitivamente esta mujer estaba mal de la cabeza.
- Gracias, pero que conste que me voy a quejar a la aerolínea – Eh? – Yo no pago el billete en primera para que me sienten con fulanas.
A si, se me había olvidado mencionar un pequeño detalle: MI familia es millonaria, y... yo era la heredera de la empresa familiar que era de coches. Y por eso iba en primera. Además estas vacaciones en verdad había sido un viaje de negocios que mis padres habían hecho para reunirse con alguien, y yo como la suertuda que soy conseguí convencer a mis padres para que me dejasen venir con ellos.
Aunque era más que obvio que yo no moví ni un dedo.
- Perdona? Como que fulana? Lo más probable es que tenga veinte veces más dinero que usted, señora mediocre – Enfatice la última palabra más, para que se jodiera .
ESTÁS LEYENDO
YO NO SOY ESA!!!!
Teen FictionY así de un momento a otro tuve al chico sentado al lado mío, por cierto, tengo que decir que olía muy bien, y lo sigue haciendo, o mierda Jane, no des spoilers. Cuando me fijé más en el chico entendí por qué la azafata venía sonrojada, ESTE TÍO PRO...