Ya Puede Besar A La Novia

8.6K 348 48
                                    

Annie Britter estaba eufórica. Había hecho trabajar a su doncella a pasos forzados aquella mañana y aún así pensaba que el tiempo no le había rendido como hubiese querido. Los zapatos de seda azul que llevaba puestos eran algo incómodo, pero ella ni siquiera se percataba ya de eso; tan rápido le latía el corazón mientras atravesaba los corredores de la mansión Andley. Recorría el conocido camino hacia la habitación de Candy, pero los sentimientos que le llenaban el pecho no eran ordinarios. Quería ser la primera en ver a Candy lucir al fin el vestido de novia que ella misma le había ayudado a seleccionar.

La joven tomó con su mano enguantada la perilla de la puerta y respiró hondo, dispuesta a atesorar en su memoria el recuerdo del momento que estaba a punto de vivir. Cuando al fin entró en la habitación sus expectativas se vieron rebasadas por mucho.

Envuelta en una  nube hecha de raso florentino, encaje inglés y tul, Candy lucía aún más hermosa de lo que Annie se había imaginado. Sophie le había arreglado el cabello con una corona de rosas blancas, azahares y diminutas orquídeas sobre sus rizos dorados y en el cuello llevaba un discreto collar de perlas orientales que la misma Annie le había regalado para la ocasión. La mucama y las otras tres muchachas más que habían auxiliado a la novia con su toilette se miraban llenas de satisfacción con los resultados.

- ¿Qué pasa? – preguntó Candy preocupada por el silencio de su amiga. - ¿Tan mal te parece que luzco?

-Por supuesto que no, tontita – dijo Annie sonriendo al fin. – ¡Si pareces una reina! Terry se va a quedar sin habla al igual que yo cuando te vea.

- ¿Si?... bueno... gracias – balbuceó la joven bajando los ojos. Una vez más pensó que le hubiese gustado poderle contar a Annie la verdad de su situación, pero aunque confiaba plenamente en ella,  no quería involucrarla en sus problemas. Era a la vez su manera de proteger a su amiga y seguir las recomendaciones de Nerville sobre la total discreción.

Annie se acercó a su amiga y en un impulso le dio un beso en cada una de sus mejillas.

-Este es por la Hermana María y este otro por la Srita Pony –le dijo sonriendo.

-Es una pena que ellas no hayan podido venir – comentó Candy con un dejo de tristeza. Aunque se tratase de una farsa, algo en el fondo del corazón la hacía necesitar de la presencia de sus dos madres en ese momento.

-Te entiendo, pero tú sabes que no pudieron encontrar alguien que se hiciera cargo de los niños. Sin embargo, ten por seguro que estarán a tu lado con sus corazones – y diciendo esto último le dio a Candy un tercer beso en la frente.

- ¿Y ese último? – preguntó la joven novia con un asomo de sonrisa.

- Por tu madre, Candy – contestó Annie poniéndose seria. – Recuerda que una vez prometimos que ambas seríamos la una para la otra como padre y madre.

Conmovida la joven rubia se lanzó a los brazos de su amiga y sin que Annie la viera derramó una lágrima en su hombro. 

- Vas a arrugar tu velo, Candy – dijo una voz a espaldas de la joven morena.

- ¡Tía abuela! – exclamó Candy, molesta de que la señora hubiese interrumpido un momento tan especial entre ella y su amiga de la infancia.

- Buenos días, Sra. Elroy – saludó Annie con una reverencia.

-Buenos días. Veo que ambas están más que listas – contestó la señora con un leve gesto, barriendo con la mirada el atuendo de Annie. – Te ves muy bien Annie, el azul te asienta bien.

-Gracias, señora- contestó Annie bajando la cabeza.

-Ahora veamos, déjame que te observe, Candy – continuó la señora dedicando toda su atención a revisar el atuendo de su sobrina.  Sophie, parada en silencio en un rincón de la habitación retuvo la respiración en suspenso.

La Trampa ( Candy Candy Fanficcion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora