McDonald's.

2.8K 293 41
                                    

Hoy tardé más tiempo eligiendo que ponerme, pues me vería con Lisa. Bajé las escaleras corriendo al escuchar la bocina del auto de Lisa.

- ¿A dónde vas? - preguntó mi madre desde la sala, quien leía unos papeles.

- Lisa me invitó a cenar. - dije con una enorme sonrisa. - Te lo dije el martes - mentí, de todos modos no recordaría.

- Está bien. - dijo sin despegar la mirada de las hojas. Rodeé los ojos y caminé hacia la puerta.

- Wow - levantó ambas cejas al verme - Creo que tendremos que ir a un lugar más elegante de lo que había pensado. - ambas reímos.

- Si quieres me cambio. - dije señalando hacia atrás.

- No, no - negó con la cabeza - ¿Vamos? - caminamos hacia su auto, ella hacia el lado del piloto y yo al del copiloto. Abrió la puerta y subió, al contrario yo puse mis brazos en mi cintura y la miraba a través del vidrio frontal. Me miró y rió negando con la cabeza.

- ¿Es de verdad? - preguntó con la sonrisa en sus labios.

- Pues en mis tiempos las cosas se hacían así.- dije como si fuera una mujer de noventa años.

- ¿En tus tiempos? - preguntó saliendo del auto.

- Sólo hazlo y no preguntes - mordí mi labio inferior reteniendo mi risa.

- Como ordene "princesa" - rodeó el auto y abrió la puerta.

- Aww - dije enternecida - Me dijiste princesa - la miré con ternura.

- Fue sarcásticamente - puso los ojos en blanco.

- Yo sabía que había una Lisa dulce detrás de esto - hice un ademán señalando su ropa

- Sar-cas-mo - separó en sílabas - Lo conoces de sobra - quería reír a carcajadas, era divertido molestarla así.

- ¿Y a dónde tenías planeado que fuéramos? - le pregunté y subió los hombros en señal de "No lo sé" - ¿McDonald's? - una vez más rió y me miró por un par de segundos. Luego regresó la mirada al camino y condujo al menos cinco minutos.

- Es broma ¿verdad? - esta vez sí solté una risa muy fuerte.

- Tú querías venir aquí, ¿no? - sonrió divertida mientras parqueaba el auto en el estacionamiento del mencionado restaurante.

- Lisa era sarcasmo... - bufé y bajé del auto, se estaba vengando por lo de "princesa".

- ¿No te gusta? - preguntó cerrando la puerta del auto y caminó hacia mí.

- Si lo hubiera sabido antes, no me hubiera partido tanto la cabeza tratando de encontrar un lindo vestido.



Yo quiero un combo número uno y una malteada de... - dije pensativa tratando de decidir que sabor - Fresa - dije segura y el chico tocó la pantalla - ¡No! Mejor chocolate - reí - Disculpa - le dije apenada ya que lo había marcado.

- No te preocupes, tómate tu tiempo - dijo el rubio con una galante sonrisa. Sentí como la mano de Lisa pasaba por mi espalda, para llegar a mi cintura y lentamente me apegó a ella. ¡Bienvenidos celos!

- Vainilla, mejor vainilla - dije finalmente y volteé a ver al chico y su galante mirada había sido sustituida por una atemorizada - Lisa - la llamé y cambió su intimidante mirada por una más suave. Pagó y el chico le entregó un pequeño letrero con el número de nuestra orden.

- Lo bueno es que llamé temprano para reservar una mesa - bromeó pasando su brazo por mis hombros.

- Cielos - fingí estar sorprendida - Creo que te debió haber costado demasiado conseguir esta mesa, es una de las mejores del lugar - nos sentamos en la supuesta mesa especial.

- ¿Se les ofrece algo más? - se refería el chico en especifico a mí, ya que sentía su fija mirada.

- No - contestó Lisa duramente, de inmediato voltee a verla - Gracias. - dijo mirándome.

- No te pongas celosa - le dije cuando el rubio se fue.

- No estoy celosa. - afirmó desenvolviendo su hamburguesa que era dos veces más grande que la mía.

- ¿Ah sí? - dije con el muy empleado en esta noche: Sarcasmo - Porque la verdad parecía que querías desarmarlo a golpes - suspiré - Seguro es mi imaginación.

- Sí, eso es... - seguimos platicando de cosas sin sentido. Me hacía preguntas le respondía, le hacía preguntas me respondía. No podía parar de reír, aún que ella intentaba no reír, terminaba haciéndolo.

- ¿Sigues pensando lo mismo sobre mí? - pregunté cesando un poco las risas.

- ¿Por qué preguntas? - se recargó en el auto.

- Porque... - miré hacia abajo - En realidad me importa lo que piensas tú de mí. - mordí mi labio inferior

- No... - dijo tomando mi barbilla y alzando mi rostro - No pienso lo mismo - se acercó lentamente con un objetivo fijo: Mis labios. Me acerqué al igual pero desvié mi rostro y llegué a su mejilla, donde deposité un suave beso.

- No beso en la primera cita. - susurré entre risas en su oído.

- Me has besado antes sin siquiera tener una cita - dijo también en mi oído.

- Pero ahora la tenemos - golpeé su estómago en señal de juego - Y no hay beso en la primera.

*****************************************

- Kim tenemos que hablar - cerré de golpe el casillero de Jisoo.

- ¡Estás loca mujer! Casi me quedo sin cabeza - exageró.

- Qué lástima, ahora tenemos que hablar.

- ¿Sobre? - preguntó abriendo nuevamente su casillero

- Tienes que estar bromeando, ¿no? - preguntó riendo mientras seguía sacando libros.

- ¡Kim Jisoo! no es broma —volví a golpear la puerta haciendo que se cerrara otra vez.

- ¿Entonces te rindes? - preguntó abriéndolo de nuevo y matándome con la mirada.

- No, sí... bueno no, sí pero no de ese modo - ni siquiera yo me entendía - Yo... yo me siento mal por estar jugando con ella... - dije con toda la sinceridad del mundo.

- No me digas - dijo burlonamente - Te enamoraste. - soltó una carcajada

- No seas idiota. - pasé con desespero mi mano por mi cabello.

- Creí que querías recuperar a Irene y vengarte de lo que te hizo Manoban, ¿no? - tenía razón, no podía olvidar los motivos principales.

- Sí... - dije con confianza - Estás en lo correcto. Olvida lo que te dije, la apuesta sigue en pie.

Me, myself and I. - jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora