La lluvia caía torrencialmente, Mew miraba al techo, luego de aquella hermosa reconciliación Mew no se había atrevido a más con su pequeño, se recriminaba el sentir tantas ganas de hacerlo suyo pero ahora ya no estaba tan seguro de si estuviera bien, claramente lo había hecho antes pero ahora era como si sus sentimientos al ser proclamados en voz alta lo detuvieran tratando de en serio ser el adulto de la relación.
—No vas a dormir?
Aquella tenue voz lo hizo salir de sus pensamientos.
—No hay clases mañana, puedo dormir tarde y despertar tarde no?
—Se lo que piensas!
Dijo Gulf divertido y Mew abrió los ojos como platos mirando a su niño.
—Tengo en mente tres cosas, espero adivines.
—Quieres hacerlo.
Mew se volvió a recostar sonriendo.
—Gulf no digas eso, estaba pensando en...
—Yo también quiero.
La habitación se quedó en silencio solo la lluvia pegando en la ventana se escuchaba.
—Gulf...
—Mew...
Mew giro si cabeza y se encontró con la mirada de su niño, Gulf lo veía como cachorro, siendo un adolescente Gulf tenía tantas energía que quería tanto hacerlo con Mew, necesitaba sentirlo suyo otra vez.
—Duerme, mañana será otro día.
Mew se resistió abrazandolo y fingiendo dormir, Gulf hacia pucheros y leves sonidos de llantos molesto pero entendía a Mew, pronto se quedaron dormidos y Gulf volvería a ser por ese fin de semana el mismo niño travieso que fue desde su primer encuentro.
Al día siguiente Mew se despertó sin el cálido cuerpo de Gulf a su lado, preocupado se levantó y bajo las escaleras hasta la cocina donde encontró a Gulf con un lindo delantal amarillo, el cual tapaba un poco la playera olgada pero dejaba ver las hermosas piernas de Gulf, este traía solamente sus bóxers, Mew sonrió negando pues Gulf podía ser muy travieso pero el tenía más fuerza de voluntad.
—Te hice Huevos revueltos y tocino, desayuno americano como le llaman.
Mew se acercó dejando un corto beso en la cien de Gulf rodeando el cuerpo de este con el de el apoyando cada mano en la encimera.
—Huelen delicioso. —Mew aspiro el Aroma de la comida y luego aspiro el cuello de Gulf dándole un pequeño beso. El cuerpo del pequeño reaccióno temblando y Mew se retiró victorioso, Gulf entendía todo, habia declarado la guerra.
—Comamos.
Dijo Gulf luego de reponerse y servir los platos, ambos comieron tranquilos riendo de muchas cosas, cosas que ambos tenían en común y debatiendo con cosas en las cuales tenían opiniones diferentes. Del comedor pasaron a la Sala donde seguían hablando.
Gulf parecía incómodo sentado con Mew en el sillón, pero no era que le incómodara Mew si no que quería pegarse a el, como antes subir a sus piernas y así seguir hablando.
Mew noto esto así que miro a su niño para luego palmear sus piernas dando la indicación y el permiso que Gulf estaba esperando, ni corto ni perezoso subió a las piernas de Mew montandolo así, sus manos estaban entrelazadas y jugaban mientras seguían con su plática, Mew podía pasar horas y horas así con el pues aparte de ser el niño de sus ojos era claro que Gulf tenía la madurez para hablar con Mew de temas que ni los adultos tocan aveces.