06. salty mysteries, sweet jokes and possible blindness

200 20 3
                                    

── No puedo creer que hayas pensado que quería besarte ── murmuró entre risas. Tuvieron que irse a una sala en desuso ya que la señorita Pince terminó echándolos de la biblioteca.

── ¡Tú insinuaste que me moriría con un beso! ── Theodore estaba riéndose. Hace muchos años que sus risas habían dejado de ser genuinas, aquella se sentía más real que las anteriores ──. Aunque si fuese verdad, no me molestaría besarte.

Candy tosió reiteradas veces. Era solo una broma de Theo, no tenía que espantarse cuando era evidente que era eso, un chiste y nada más.

── Comencemos con el proyecto ── dijo Theo tratando de que el ambiente no se volviera incómodo ──. ¿Quién era Blanche Tiberlin? ¿Hay información de él en el libro que te dio tu madre?

── Era uno de los primeros alumnos de Dione, dicen que una bruja lo maldijo a él y a su descendencia, pero no se sabe con certeza por qué o quién lo hizo. Tampoco se sabe si tuvo hijos o nietos, tal vez no dejo a nadie para que no sufrieran las consecuencias de la maldición.

Aunque eso era medianamente cierto, no era toda la verdad. Blanche Tiberlin vivió muchos años y tuvo dos hijos, sin embargo, uno murió a temprana edad y del otro no se supo nada más. De la maldición o de alguna persona con el apellido Tiberlin no se sabe nada, no hay registros en ningún rincón del mundo y se cree que tal vez, no existió tal persona.

── Es una información algo vana, pero me sirve ¿Y sabes de Rasine Glazed?

── Era una bruja original, la primera en poseer la dulce magicae y pertenecía a un aquelarre, aunque también se ha dicho que viajó en el tiempo muchas veces conociendo a los que serían los brujos originales. Es algo difícil de explicar porque la gente cree que ellos también fueron a Hogwarts como nosotros y que incluso, una tal Aglaea Vacht fue parte de Demsley ── tantas personas y poco de su pasado. Theodore intentaba seguirle el hilo, pero le costaba retener toda esa información.

¿Cuántas otras personas habían existido en el tiempo de Dione Demsley? Aquello se estaba volviendo la historia de Jesús, porque históricamente, solo era un personaje que llevó la fe de un lado a otro, pero que realmente no era un santo, solamente se había proclamado como Dios sin siquiera serlo según miles de historiadores. Dione en cambio, no tuvo el tiempo ni el poder necesario para demostrar quién era y qué estaba haciendo allí. ¿Era una deidad o una simple niña? ¿Era una diosa o una muchacha con sed de poder? ¿Podía ver el futuro o creía conocerlo? Tantas preguntas, tantos líos. Todo se estaba volviendo un regaliz enredado.

── ¿Aglaea Vacht? Ha de ser pariente de Tanner Vacht. He oído hablar de él, dicen que murió a los treinta y tres años y según, se volvió el fantasma de Demsley, pero si eso fuese cierto, ¿dónde está?

── No me digas que tú también estás dudando de Dione.

── No es eso, Cook, es solo que creo que es algo raro que su fantasma sea un total misterio. Pudieron silenciar a su fundadora, pero, ¿a un fantasma?

Theodore tenía razón, el hecho de que hasta el fantasma de Demsley sea inexistente decía mucho. Era algo casi imposible de ocultar o atrapar a un ser fantasmal. Era un espectro que estaba allí por alguna razón, imposible que lo desaparecieran o se fuera al más allá sin terminar lo que tenía pendiente.

── Hay cosas que son difíciles de entender, cuando leí que Dione fabricó mundos paralelos no lo entendí, pero ahora hay cosas que cuadran un poquito más. ¿Crees que en verdad ella tenía la magia para hacer eso?

── Mira, yo lo único que sé es que todavía me debes un beso, pero bueno.

── ¡Deja de bromear con eso! ── chilló ruborizada.

Theo se echó a reír.

── ¡Lo siento! ── dijo entre carcajadas ──. ¿Quieres cantar? He anotado todo lo que me has dicho, así que podemos seguir mañana.

Candy asintió y el chico no tardó en comenzar a tararear Love, Hate, Love de Alice in Chains. La, ahora pelirosa, era más de las canciones de ABBA y Pink Floyd, pero con la voz de Theodore, hasta las canciones de Simple Minds podían llegar a gustarle.

── Love, hate, love... ── le siguió en el final de la canción ──. No tenía idea de que supieras cantar. Tu voz es linda, aunque desafinas un poco.

── Aprecia que puse mi esfuerzo en recordar la letra, no suelo cantar mucho y eso que es de mis canciones favoritas, y de mi banda preferida.

── No sabía que te gustaba Alice in Chains.

── Es una gran pena, porque yo sí sabía que te gustaba Pink Floyd ── es que cómo no saberlo si Candy se la pasaba por los pasillos cantando Goodbye Cruel World sin importarle que los demás pensaran que se iba a tirar de la torre de astronomía ──. Pero, por favor, deja de cantar canciones que hagan apología al suicidio, me preocupas.

── ¿Te preocupo? Hace unos días, quizás una semana hiciste que mi cabello se volviera rosa chillón. No me malinterpretes, amo el color, pero fue demasiada amargura para mi dulce ser ── él volvió a reírse, aunque su risa era armoniosa, no era de aquellas desagradables que odiabas oír ──. ¿De qué te ríes?

── Tú eres agridulce, creo que por eso me gustas. Quiero decir, me gusta pasar tiempo contigo, no entiendas mal, ¿sí? No le digas a Blaise que te dije que me gusta más estar mis tardes enteras en tu presencia antes que estar con él.

"Por eso me gustas". Había muchas maneras de gustar, así que Candy no lo tomó de otra forma.

── Descuida, Blaise no va a enterarse por mí sobre eso, además, a mí también me ha estado gustando pasar mis tardes contigo. No eres tan salado como creí, quizás también seas un poco agridulce como los pasteles de limón.

── Justamente esos son mis preferidos.

Oh, no había persona más ciega que ellos dos.

SOUR CANDY FLOSS, theodore nottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora