Tapamos la televisión para captarlos un momento.
—No, no —An movió el dedo índice a los lados—. Aquí no le prestan más atención a una caja mágica.
—An, basta —Lorena movió la cabeza intentando ver—. No es gracioso.
—Si quieren ver algo entretenido que sea mi culo moviéndose —An se dio la vuelta.
—Te voy a morder, primer aviso —Advirtió Lore.
—No te atreverías a...
Lorena le mordió las nalgas a Angélica.
—¡AAAAHH! —Gimió.
—¡Chicas, basta! —Extendí los brazos.
An y Lore me observaron fijo, aún la seguía mordiendo sin soltarla. Observé de reojo al hombre y seguía viendo la televisión ignorando por completo nuestra presencia. Me hacía hervir la sangre, préstame atención, desgraciado.
—No podemos comportarnos así —Dije como profesora a sus niños—. Hay un hombre en nuestra presencia.
—¿Desde cuándo nos importa lo que opine un hombre? —Cuestionó An.
Lorena soltó su mandíbula de las posaderas de la otra mujer.
—Ella tiene un punto.
—¡Cállense! —Exclamé—. ¿No lo vamos a poner incómodo?
—A mí no me molesta —Por fin habló.
—¿Ves? No le importa. Sigue mordiendo, mami —An le acercó el culo a Lore y ella abrió la boca lo más que pudo.
—¡Basta! —Le di una nalgada—. Hablemos un poco con él.
—Es muy genial, solo está algo avergonzado por lo que sucedió ayer —Lorena lo defendió
Claro que sí, lo dices porque te encanta el tío, pero la verdad acabará por gustar de mí como siempre sucede.
—¿Cómo dormiste? —Aclaré la garganta—. ¿Cómo te encuentras, Felicio?
—Estoy muy bien, muy agradecido con las doncellas —Rio un poco—. Y me llamo Félix.
—Creí que te llamabas Armando —Confesó An.
—No, siempre ha sido Félix —Repuso el chico amable.
—Es un nombre lindo para un hombre lindo —Sonreí.
El chico correspondió mi sonrisa y ambos nos miramos atónitos. Creo que lo estoy consiguiendo, puedo sentirlo en el fuego que emana de mi pecho. ¿Qué es esta sensación?, ¿Cuál es tu precio?
—Es un excelente jugador de cartas. Díselo Félix, te encantan los más cuatro —Lorena recostó su cabeza de su hombro y ambos rieron.
Atrás gata rompe hogares, esa posición debería de ser mía.
—Espero que no sea una indirecta para sexo —Volvió a agitar su dedo índice.
—Claro que no, estaba muy débil para hacer cualquier cosa, estuvimos jugando en su cama —Nos contó Lore.
—¿Y por qué tienes dos cuartos? —Indagué un poco.
—Se supone que uno era de mi hermano —Murmuró melancólica.
—Claro, qué triste —Pasé de largo—. ¿Félix, qué harás ahora? —Me dirigí a él.
—La verdad no estoy muy seguro. Creo que me iré a buscar mi auto, estaré viviendo allí un tiempo.
—Sigue en pie lo de la mansión —Le remarqué—. Puedes tener un lugar en "PandaDroid", serás muy bien recompensado por tus esfuerzos.
An me hizo señales de que me detuviera de hablar, no se conformaba demasiado con el plan.
—Tengo que negarlo —Suspiró—. El dinero fácil no es dinero honesto.
—Sí, mi familia opina lo mismo —Corroboró Lorena haciendo los puños como en una pelea.
—¿Y entonces prefieres vivir en la calle, angelito? —An hizo mueca de desagrado—. Te ofrecen alternativas más sencillas.
—Puedo pagarte el alquiler de un departamento por un tiempo. Después me lo agradecerás —Le comenté.
—Sigue siendo dinero fácil —Rechazó el hombre.
Este chico me va a sacar de quicio, jamás le había ofrecido a alguien una oportunidad tan sencilla de enamorarse perdidamente de mí. Si yo fuese él aceptaría el camino fácil, ni siquiera le estoy pidiendo demasiado, me pone los nervios de punta. Fingir humildad e indiferencia por el dinero tiene un límite, sé que tú estarás a punto de llegar al tuyo.
—Eres muy amable y muy linda, en serio —El chico me observó con sus preciosos ojos—. Pero esto se escapa de mis posibilidades, no puedo hacerlo.
—Y—yo... —Me ruboricé, al menos me dijo linda.
—Creo que puedo darte una solución un poco más modesta —Habló Lore con toques de sorpresa.
Ellos dos estaban sentados en el sofá, nosotras dos estábamos de pie. Es una posición un poco incómoda para platicar.
—¿De qué se trata? —Pregunté.
—Sí, ¿De qué? —Prosiguió el chico.
—Un prostíbulo —An rio para sus adentros.
—¡Que no! —Lorena se agitó—. Tengo un negocio familiar, es un restaurante. Puedes trabajar conmigo y me pagas el alquiler.
—Eso es una buena alternativa —Le sonrió Félix.
—¡Eso no tiene sentido! —Hice una pataleta—. Estoy intentando ayudarte y no me dejas.
—Lo siento, An. No lo entenderías —Me dijo un poco mal.
—Yo sí lo entiendo, por eso lo convencí.
—Sí, An —Asintió mi hermana—. Nuestras vidas son demasiado geniales como para que los entendamos.
—Bien, ya todo está acordado —Lore se levantó—. Espérenme.
Ella se fue meneando el culo a una de las habitaciones como suele caminar, nosotros por nuestra parte nos quedamos mirándonos las caras entre todos.
—Yo solo quería ayudarte —Murmuré.
—Lo sé, lo siento —Me contestó en voz baja.
En la habitación se escuchaba un poco de ruido, algo estaría buscando nuestra amiga. La verdad no acostumbro a conocer gente fuera de fiestas, viajes, o planes lujosos. Nunca he asistido a talleres o cursos para conocer a otras personas, nunca me ha necesitado con eso. En internet solo bastó con presumir un poco mi dinero y antes de que me diera cuenta tenía el éxito y la fama asegurada. Nuestras fiestas son de privilegio, no dejamos entrar a cualquiera, por ello me sorprende un poco que alguien como él terminó varado en ella.
Todos tienen un precio, ¿Cuál es el tuyo?
Lorena llegó con un mazo de cartas y lo elevó al cielo, después riocomo una campeona con la dulzura que tiene su personalidad.
—¡Cómanse un más cuatro!
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¿Te gustan las cartas?
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El chico que rechazó mi dinero
DragosteUna novela de romance que le da la vuelta a todos los estereotipos que conocemos como: «el amor no compra el dinero». «El dinero es poder. El dinero doblega voluntades. ¿Has escuchado aquella frase que dice: «por dinero baila el mono»? Es precisamen...