¿ES REAL?

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Su cabeza dolía y su mundo se daba vueltas y vueltas intentando comprender qué fue lo que sucedió, en su mente aún caminaba hacia su casa pero al darse cuenta de que en realidad no estaba allí, se alarmó enderezándose completamente, finalmente siendo consciente del ruido y paseo de las personas que yacían en el hospital. 

Entrecerró los ojos y frunció ligeramente su rostro debido a que le costó adaptarse a la luz. 

—¡Oh! ¡Ya despertaste! —escuchó una voz muy particular haciendo que su cabeza girara completamente hacia esa dirección. A lo lejos se escuchaba como médicos y enfermeros corrían en una dirección con unas máquinas y al ver, lo confirmó. 

—¿Puedes verme? —preguntó Jungkook algo consternado haciendo que la persona a su lado hiciera una mueca de rareza. 

—Claro que sí, ¿Te pegaste muy fuerte en la cabeza acaso? ¡Claro que puedo verte! no eres ni un fantasma ni nada de eso —comenzó a reír mientras le contaba a Jungkook como había llegado al hospital. El ruido continuaba y el ajetreo del hospital igual, escuchaba como sonaba la maquina de manera molesta en un ruido agudo constante, algo que hizo doler su cabeza aún mas. 

Los ojos de Jungkook se comenzaron a humedecer hasta que finalmente una lágrima cayó por su mejilla, deslizándose lentamente, algo que al desconocido le causó mucha inquietud y duda. No entendía muy bien porque, pero decidió darle un abrazo a pesar de ser completamente incognitos mutuamente. 

Jungkook de golpe dejó de llorar y se recompuso, el ignoto entendió o creyó entender por todo lo que tuvo que pasar como para llorar porque alguien más finalmente no lo ignoraba. Seguido en el hospital se acercaba a los pacientes que parecían algo depresivos para intentar sacarles al menos una leve sonrisa. 

Se deshizo del suero anclado a su brazo, tomando sus cosas sin siquiera esperar el alta y se dispuso a caminar, él ya sabía perfectamente porqué se había desmayado pero no podía hacer nada al respecto, ni siquiera sabía cocinar porque cada vez que lo intentaba, algo salía mal o confundía la sal con el azúcar, cosas mínimas que son suficientes como para no querer cocinar más en la vida. 

Estaba cansado y sus ojos pesaban, sacó del bolsillo su celular desbloqueándolo al contacto para ver la hora; "11:54". 

Quedaban solo minutos para las 12 am, pero no le preocupaba, solía dormirse a las 9 o 10 a más tardar porque fuera del trabajo, no tenía nada más que hacer. Siguió caminando hasta detenerse en una luz roja de peatones, hacía frío y aunque la lluvia había cesado, finas gotas seguían cayendo y la helada de la noche talaba sus huesos haciéndolo estremecer del frío. 

 A lo lejos se escuchaba como una voz gritaba y este se dio cuenta de inmediato, volteando la cabeza. Era el mismo chico del hospital corriendo hacia él con demasiada energía. No entendió nada pero aún así, al cambiar a verde el semáforo peatonal, se quedó inmóvil esperando por esa enérgica persona. 

—¿Qué sucede? —titubeó un momento y lo miró atento metiendo sus manos a los bolsillos en un intento fallido de abrigarlas. 

—Espera un momento —respondió este con voz entre cortada por la falta de aire— me veo como si estuviese en forma, pero realmente no lo estoy, me mata correr —soltó recomponiéndose y tomando una bocanada grande de aire para volver y mirarlo. 

—Disculpe, pero no volveré al hospital, lamento que haya tenido que correr hasta aquí —dijo lamentándose levemente y haciendo una reverencia cordial en modo de disculpas. El funcionario del hospital lo miró un poco sorprendido sin dejar de sonreír. 

—No vengo a obligarte a volver, es decisión de cada paciente quedarse, pero ten... —le alzó su maletín de trabajo, aparentemente se le había quedado. Apenado, Jungkook lo recibió con una sonrisa sínica en su rostro. 

—No sabía que lo había olvidado, perdón... pensar que tuvo que correr hasta este lugar, de verdad lo siento muchísimo. 

—Descuida, hubiese sido realmente malo si se te quedaba algo tan vital y por cierto, no me trates de "usted" —dijo haciendo las señales con las manos— soy Taehyung, Kim Taehyung. 

Al menor le pareció raro que el que estaba junto a él se presentara sabiendo que sería la primera y última vez que se verían. Comenzó a pensar sobre lo aliviado que sentía al saber que en realidad él no estaba muerto y que alguien en el mundo podía verlo finalmente como él quería. 

De algún modo u otro, estaba feliz por algo tan mundano que hasta él sintió lástima de sí mismo. 

—Jeon Jungkook, trabajador de la compañía L&N de productos cosméticos —habían sido tantos años de la última vez que se presentó a alguien, que no supo bien que decir y terminó diciendo lo primero que se le vino a la cabeza haciendo que el ahora nombrado Kim, soltara una carcajada. 

12 horas.

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12 HorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora