¿ALGO NUEVO?

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Habían pasado un par de días, Jungkook seguía en la misma rutina, desayunaba a medias, se iba a trabajar, pero esta vez, antes de volver a casa se pasaba por el hospital para ver al enfermero Kim. 

No estaba seguro de si era enfermero pero por su ropa era algo evidente, así que, se iba a guardar aquella duda para sí mismo, pues preguntar estaba de más.

Al verlo, se acercó a su propio ritmo, tampoco quería invadir el poco espacio que le quedaba a ese casi desconocido hombre, pues el día a día de un enfermero es aún más agotador que el de un empresario. 

—Hola, Jungkook de la compañía L&N —se medio burló el mayor recordando su torpe presentación del otro día. 

—Ya no sigas con eso, me pillaste volando bajo... —replicó suspirando y mirando hacia el suelo. 

Jungkook miró al paciente del enfermero Kim y era solo un niño que al verlos, les sonrió. 

1 hora.

Se le hizo extraño que el niño estuviese tan callado escuchando lo que el joven Kim tenía para decir que cerró un poco las cortinas y se fue a sentar mientras esperaba a que el mayor se desocupara. 

No pasaron más de 5 minutos y Taehyung ya estaba sentado al lado de él apoyando su cabeza en el hombro del menos cansado y suspirando, sin siquiera poder mantener los ojos abiertos. Jungkook lo miró extrañado y solo suspiro dejándolo ser, desde que se conocieron, era lo mismo cada vez que iba a verlo al hospital. 

—¿Has comido bien? —preguntó casi susurrando el enfermero y soltando un suspiro. 

—No, últimamente no tengo hambre, quizá ya hasta este punto me acostumbré a no comer tanto, ¿Acaso es eso posible? —preguntó con inocencia y sintió como en su hombro, el joven enfermero asentía. 

—No es que no sea normal, pero si desarrollas esa clase de trastorno alimenticio tu cerebro lo asume y no es por asustarte, pero... —se quedó callado y se enderezó para mirar al menor— tu cerebro y estómago comienzan a comerse. 

Jungkook se quedó callado intentando procesar la información, ¿Era verdad, mentira? ¿algo que se había inventado para hacerlo comer a la fuerza? no sabía muy bien pero sonrió nervioso y asintió. 

—Está bien, no me dejaré el beneficio de la duda así que comeré —dijo sin dejar de sonreír de manera sínica. 

Era un poco nuevo saber que alguien se preocupaba por él aunque fuera un poco, que le agradaba la idea pero le asustaba, hace muchísimo tiempo que nadie se preocupaba o siquiera le dirigía la palabra que le parecía hasta un poco extraño que el mayor le dirigiera la palabra con tanta naturalidad.

—Entonces, invítame a comer por ahí —sonrió el apuesto enfermero mirando el tierno rostro iluminado después de años y asintió en cuestión de segundos. 

Comenzaron a caminar, era de noche y los faroles de las calles iluminaban sus caminos sin sombras siguiéndolos. Era todo tranquilo y la oscuridad apaciguada por las luces se sentía tranquilo y familiar. Nada podía estar mal en ese momento. Ninguno habló en todo lo que caminaron pero no existía la incomodidad por el silencio, al contrario, ambos se sentían en total tranquilidad. 

Jungkook no podía dejar de mirar el suelo, cada pequeño paso era observado con atención y un suspiro prolongado salió de su cuerpo, dejando por completo todo el peso de los años sobre sus hombros. 

—Deja de mirar hacia el suelo, puedes caerte —dijo Taehyung con voz calmada mirando hacia el frente. 

—¿Vamos a comer algo en mi casa? —preguntó ignorando por completo lo que el enfermero decía. 

—Igh —soltó un leve quejido y llevó su mano al pecho, hincándose y tratando de esconder su cabeza. Jungkook al ver esto se preocupó y se apresuró para socorrerlo— me ignoraste, ¡Que dolor!

—¡Ah! ¡Idiota me asustaste! pensé que te había pasado algo serio y me sales con —lo empujó haciendo que se cayera de espaldas por la mala posición en la que estaba sentado el castaño mientras este se reía maliciosamente. 

—Y sí, vayamos a comer a tu casa si eso quieres —asintió repetidas veces mientras se ponía de pie y se sacudía.

12 horas.

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12 HorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora