Jungkook se preparaba para ir a trabajar, su adolescencia no había sido algo fácil, algunos problemas con la ley habían quedado marcado en sus registros ciudadanos de manera permanente y ese pasado lo cargaba consigo día tras día sin poder olvidar y sin poder avanzar.
Estaba atascado en un mundo gris sin tonalidades ni sonrisas y llena de miradas vacías que no expresaban nada más que asco a sí mismo. Tenía todos los espejos de su casa cubierto con sábanas y sus manos llenas de cicatrices al igual que su alma.
Como todo ser humano, cada día y cada noche se cuestionaba el "¿Por qué?" sin llegar a una respuesta. Su vida era igual de miserable que él, un trabajo de oficina con el mismo sueldo con el que había comenzado a trabajar hace cinco años, viendo como todos sus compañeros de empresa que habían partido con él tenían ahora mejores sueldos, trato y posición... él también quería eso.
Su mundo se basaba en despertarse, ducharse, vestirse con traje negro, camisa blanca y corbata y sus tenis negros. Desayunaba pan tostado con mantequilla y una taza de café amargo para castigarse aunque no disfrutara en lo más mínimo esa primera comida, arreglaba su bolso y partía a su trabajo. Debía abordar dos trenes para poder llegar y siempre salía una hora antes de su casa para llegar con minutos de sobra al trabajo y por cinco años seguidos, nadie lo valoró.
Su familia había decidido darle la espalda tachándolo de delincuente y fue obligado a abandonar su casa viéndose forzado a sobrevivir como podía a penas a sus 16.
Para sus compañeros de trabajo él no existía, era tan poca su presencia que podría morir y aún así nadie lo notaría, solo, triste, fue abandonado más de una vez por personas que decían que jamás se irían, por personas que supuestamente debieron cuidarlo y protegerlo... era solo un niño.
Un niño con ojos brillantes por ver lo hermoso que sería el mundo, lleno de inocencia en su corazón, inocencia que fue tachada de su vida no mucho después.
—Aquí traje los papeles de inversiones con las estadísticas que me pidió —alzó un poco más la voz para que su jefe escuchara. Este sin siquiera dirigirle la mirada le apunto con la mano una pila de papeles que yacía en su escritorio dándole la orden de que dejara ahí los papeles— ¿Algo más que pueda hacer por usted? —preguntó—.
—No, eso es todo, te puedes ir.
Hizo una muy leve reverencia antes de irse. Al cerrar la puerta miró el blanco techo de la empresa y suspiró agotado de la vida. Si tan solo tuviese el valor de morir, si tuviera la valentía para hacerlo quizá en el infierno donde él creía que iría sería más feliz incluso si es quemado y esclavizado.
No iba a ser muy diferente de vivir como él lo hacía, agotado cada día de la vida, de llorar por las noches pidiendo por favor que dejaran de hacerle sufrir, que alguien, por favor, que solo una persona lo notara. Que alguien le preguntara al menos una vez en la vida si estaba bien.
Unos brazos que calmaran su dolor punzante y su agonía aunque fuesen solo segundos, no necesitaba más, quería ver a su mamá y decirle que estaba bien a pesar de todo, que ya no era un delincuente y que su cuota estaba más que saldada, que el karma ya le había llegado. Preguntarle si ha estado bien, si ha comido como corresponde, pero él estaba seguro de que su madre lo odiaba y no lo iba a querer ver, era su madre pero en la mente de Jungkook, las posibilidades de que su madre lo amara de nuevo en algún momento, habían terminado.
Terminó su turno de trabajo y preparó sus cosas para irse finalmente a casa, esa tarde llovía fuerte y él no había llevado paraguas. El tiempo como siempre se equivocaba y en vez del fuerte sol, solo habían negras nubes que lloraban tanto como su corazón. Al menos las nubes podían expresarse por él, eso lo calmaba un poco como a un niño.
Debajo de la lluvia decidió caminar mojándose sin cuidado, ¿Qué importaba si enfermaba? nadie se iba a preocupar, nadie preguntaría por él tampoco.
Caminó lentamente mirando hacia el suelo como ya era costumbre, las personas pasaban por su lado sin notarlo ¿Y si talvez estaba muerto y no se había dado cuenta? Sonrió al pensarlo y luego frunció el ceño tristemente por haberse puesto contento con algo así.
Levaba casi un mes alimentándose únicamente una vez al día solo con fideos instantáneos y café amargo para evitar dormirse por la mañana y quiera o no, le pasó la cuenta.
Sus ojos se nublaron y todo se volvió negro, azotando su cuerpo contra el suelo en mitad de la calle con la lluvia cubriendo su triste cuerpo.
12 horas.
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12 Horas
Hayran KurguJungkook es un joven que ha vivido su vida siendo ignorado por su alrededor hasta que Taehyung aparece y le hace ver el mundo de otra manera.