CAPÍTULO 1. DOS DESCONOCIDOS.

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Sarah es una chica solitaria, astuta y muy inteligente. Ella no necesita a nadie para ser feliz, se las apaña muy bien sola, y aquí les voy a mostrar cómo.

Sarah se encuentra ahora en un sitio muy especial para ella, es donde se ha criado, ya que descubrió ese lugar cuando era muy pequeña. Ella lo llama '' Milú (mi lugar único) ''. Dice que es único porque solo ella sabe dónde está ese sitio y porque está muy escondido de la sociedad, al otro lado del parque del centro, es muy difícil de encontrar. Tiene muy buenas vistas, ya que está en la cima de una montaña en el centro de su pueblo. Ella desde ahí lo ve todo y se siente libre, no la puede juzgar nadie por su ropa, apariencia física o por lo que le gusta hacer, es genial. Es una gran explanada con muchos módulos y rampas para poder patinar, con mucha naturaleza alrededor. Y ella en uno de los árboles que hay por allí cerca, construyó de pequeña una casita de árbol. Es pequeñita pero acogedora. Tiene un colchón para poder dormir, una mesita con una libreta y un bolígrafo para sus composiciones. Y lo más importante, sus cachorritos, en verdad no son animales, son instrumentos, una guitarra y un piano electrónico para ser exactos. Se lo regaló su padre cuando era muy pequeña y los aprecia mucho porque su padre falleció y es lo que le queda de él.

Su sueño es ser cantante ya poder ser actriz, pero tiene muy poca autoestima para animarse e intentar triunfar, pero sé que tiene mucho talento y que algún día se dará cuenta de lo que vale.

Por otro lado está Marc, un joven encantador, famoso y guapo que lo único que quiere es disfrutar de la vida e independizarse lo antes posible. Su padre solo lo utiliza porque es famoso y él al tener 17 y ser menor de edad solo le queda hacer caso y esperar con mucha paciencia sus 18 para poder irse de su casa. Era nuevo en la ciudad, lo cual no conocía muy bien y decidió dar un paseo por el centro. Pero nunca imaginó que se le complicara tanto las cosas.

Muchas personas, bastante más de las que se esperaba lo rodearon, como eran muchos no podía salir de allí. Gritaban como locos. Al fin y al cabo es lo normal, es famoso y está paseando por el centro de una ciudad, pero él no tenía ni el cuerpo, ni las ganas de ser acosado por más de mil personas que había. Fue pasando por debajo de todos agachado dejándolos atrás. ¡Bien, lo conseguí! Pensó mientras corría hacia adentro de un bosque para poder perderlos. Llegó a un sitio precioso y solitario, solo estaba ella, Sarah.

Sarah estaba patinando, practicando varios trucos que acababa de ver por internet, hasta que lo vio a él. Un chico guapo y alto, con unos simples pantalones y camiseta, él simplemente estaba mirando a la chica patinar pero... Sarah se dio cuenta que la estaban mirando, se puso muy nerviosa y colorada. Perdió el control del patín y cayó al suelo muy fuertemente, él asustado lo único que podía hacer era correr a ayudarla.

-¿Está bien señorita? Perdón no quería asustarla.

-Si no pasa nada, no ha sido su culpa, pero gracias por preocuparse.

Él pensaba que lo iba a reconocer y pedir una foto o autógrafo, pero no... Estuvo decepcionado ya que todo el mundo le reconocía o al menos que le sonara de algo, no sé, se le hacía extraño, pero no le prestó mucha atención a ese detalle. Se le quedó embobado con esa sonrisilla tonta en la cara mientras ella se arreglaba el pelo y sacudía su ropa. Ella se dio cuenta.

-¿Qué miras? Dijo de muy mal humor.

-¿Eh...? yo... yo... * ríe nervioso * mmm... nada, yo solo... Bueno, y... ¿Cómo te llamas? Intentando cambiar de tema.

-Sarah, ¿por?

-No, por saber. Bagazo. Extiende la mano educadamente para presentarse. Sarah lo mira descaradamente, pero para no ser grosera o mal educada se la acepta y decide ser más amable.

Tocaremos la luna juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora