Era un dia comun y corriente, se encontraba lavando los platos de la cena cuando sintió que unos brazos la abrazan por la cintura, una sonrisa se formo en sus labios y cortó el agua para poder voltearse, como era de esperarse Andrew se encontraba ahí,
– Debo salir, me llamaron unos amigos que no veía hace tiempo y quería pasar tiempo con ellos – dice con voz suave, asiento y rodeó mis brazos sobre su cuello, sonríe.
–No tengo problemas, ¿Pero no quieres quedarte conmigo otro rato? – hablé haciendo puchero.
– Tentador, pero si me quedo te aseguro que no podré volver a salir – me dio un beso de forma rápida y ambos soltamos una risa, eramos conscientes de eso.
Andrew dejo la cocina y luego sentí el ruido de la puerta que me informa que se había marchado, suspire y terminé de ordenar la cocina.
Poca horas más tarde, el reloj dio medianoche, Nerea un poco sonmolienta caminó hasta su cama con la esperanza que su esposo regresará temprano y le hiciera compañía, pero eso realmente nunca ocurrió.
Cuando se levantó a la mañana siguiente notó que su esposo no estaba acostado a su lado, fruncio el ceño. Caminó hasta la cocina y la escena que vio camino a ella no era la que quería tan temprano por el día; Andrew se encontraba tirado mitad en el sillón y mitad en el suelo con su ropa toda desordenada totalmente dormido.
Se cruzó de brazos y sin ser precavida camino hasta su lado trató de moverlo para que despertará o algo en lo mínimo pero no lo consiguió,
– ¡Andrew, despierta ahora! – este se cambió de posición hasta estar por completo en el suelo y se acurruco como un bebé, Nerea molesta se agachó para poder hacer algo y que de una buena vez se levantará, en cambio todo lo que ganó fue la peor decepción de su esposo, tenía marcas de labial en su camisa y mejillas.
Suspiro con calma y sin siquiera pensarlo agarró un almohadon y le dio como pudo, este porfin pudo abrir sus ojos y lo primero que vio fue a su molesta esposa golpeandolo, medio mareado consiguió sentarse y no comprendió muy bien porque estaba en el suelo de su living.
–Hey que sucede, por favor deja de golpearme...– su voz ronca a causa de recien despertar y de tener seguro su mejor borrachera después de sus 20's hizo presencia.
Nerea cayó seco al suelo sobre sus rodillas y se pudo notar que sus ojos estaban brillosos, Andrew ignoró por completo su horrible dolor de cabeza y náuseas para poder socorrer a su esposa
–¿Qué sucede, por qué vas a llorar? – está levantó la miraba y pudo notar que estaba furiosa, retrocedió un poco pero luego se vio que estaba a punto de llorar,
– Quiero el divorcio.
– ¿Qué? – de pronto todo lo que había en ese pequeño living comedor fue tensión y silencio, algo que de verdad te hace sudar frío. Sin embargo Andrew no le importó y se las arregló para poder hablar.
– No entiendo, ¿Por qué? ¿Con cuales motivos? – ahora podíamos ver que estaba nervioso y ansioso, miles de pensamiento pasaron por su mente, menos el causante de su próximo divorcio.
– ¿Cuáles motivos? – soltó una sonrisa irónica y levantó la vista para poder verlo claramente – Creo que podrías ver tu camisa y sentir ese olor de otra mujer, y si eso no cuenta como engaño la verdad que necesito una nueva definición de ello.
Andrew desesperado trató de buscar las marcas en su camisa y comprendió la ira de su esposa, negó y suspiro. Esperaba que esto de alguna forma tuviera arreglo.
– No es lo que parece, ¡de verdad lo digo! – su esposa frente suyo ni se inmutó y tan sólo siguió escuchando que tanto podía mentir. – Anoche las novias de mis amigo estaban un poco ebrias y todas bailaron con todos... de verdad que nada pasó, ¡lo juro! – sonó tan desesperado que Nerea por un momento comprendió la situación, pero aun así no le encantaba la idea.
– ¿Cuál es el motivo siquiera de tener manchas de labial en tu camisa? – está vez no hubo justificación, calló y bajo su mirada.
– Perdóname...de verdad que no recuerdo nada después de beber tanto – se acercó a su esposa y posó sus manos alrededor de su rostro, este pudo notar lo triste de sus ojos. – Espero que puedas confiar en mi y creerme cuado te digo que no te fui infiel, no podría hacerlo.
Internamente Nerea sabía que no debía confiar tanto y dejar las cosas en claro, pero no quería escucharse a si misma en esos precisos momentos, sólo quería creer en su esposo.
– Sólo por esta vez confiare, pero puedes estar seguro que si llega a suceder de nuevo no será tan fácil todo. – Se levantó del suelo y camino tranquilamente a la cocina por un vaso de agua, realmente ya no sería tan fácil confiar.
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Ni la primera, ni la ultima. EDITANDO
Short Story¿Qué haces cuando te das cuenta que tu matrimonio es un gran mentira? ¿Qué haces cuando tu hombre te engaña? ¿Qué se supone que se debería hacer? Terminarlo todo, simple y claro como el agua. Pero simplemente no tienes el valor de dejar ir algo qu...