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—¡¿Como te voy atraer?! somos hermanos

—Somos hermanastros, no hermanos

—ya se, pero igual vete

—no me voy

Muy Maduro de tu parte

—que te vayas idiota ¡Hazza! —ella llamo a hazza, dijo su nombre, rápidamente la empuje a la pared y le tape la boca

—¿Por que tanto llamas a Harrison?

—eso no te importa ¡quita! ¡dejame! ¡despega te de mi! —rapidamente, para callarla, la besé no deje que hablara mas solo la besé y ella obviamente no me dejó seguir haciéndolo en cambio, me empujó

—¡hazza! —de vuelta pero está vez la vi nerviosa

—¡Te gusta harrison ya que tanto lo llamas!

—a ti que te importa

—¿te puse nerviosa o que? —la mire coqueto, seguro que si

—¡n-no, claro que no! pero creo que hazza besaría mejor que tu —me miro desafiante

¿Quería jugar así? Pues ahí voy

—¡claro que no! ¡¿el haría esto?!

la acorralé a la pared, me agache hasta su cuello, agarrando sus muñecas y colocandolas a los lados de su cara para besarla fuertemente

Olivia

Tom se agacho a mi cuello y me beso fuerte. No podía soltarme porque me tenía acorralada, se separó y vi sus labios rojos, me quede en shok un momento

—¡¿el haría eso?! —no puedo creer que este haciendo esto

—¡fuera, Tom, vete!

pareció caer en cuenta de lo que había pasado

¿Es bipolar o que?

—discúlpame no se lo que hice, tienes razón somos hermanos, y también entiendo que me pase

—Tom luego hablaremos de esto

—ok, buenas noches —salio rápidamente del cuarto y yo me quedé un momento parada tratando de análizar lo que pasó

No pude pegar ni un ojo, pensaba en el beso, en la confesión y en sus ojos.

¡no, no, no, esperen! ¿Que estoy diciendo?

Bueno, después de pensar en todo eso, me quedé dormida por fin

(...)

Al día siguiente me levanté y no tenía ganas de nada.
Vi la hora y los chicos ya se habían ido, lo que me decía que estaba sola con Tom. Salí de mi cuarto para bajar y cambiarme el suero sola ya que no tenía ganas de hablar con él

—¿otra vez te vas sin avisar?

no por mucho Olivia

—bueno es que ya me siento mejor y ya me tengo que quitar este suero —señale la aguja en mi brazo

—entonces bajamos y te ayudo —justo lo que no quería pero el es un necio de lo peor por lo que no iba aceptar un no como respuesta

—¡bien! —dije arta

Bajamos y recuerdo que mi mamá había dejado el suero en la cocina, asi que, fuimos y me ayudó con la aguja, luego me quito el aparatito y me dió la bolsita de suero que tenía que tomar durante el día para no decaerme por quitarme el suero de repente 

Ya me estaba regresando a mi cuarto y me detuvo

—Liv tienes que desayunar algo

—no quiero, no tengo hambre —y era verdad

somos hermanastros (EN PROCESO Y EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora