Su abuelo ya se había cansado de decirle que se quedara quieto, así que se limitaba a darle esa mirada dura y curiosa, esperando a que se decidiera a contarle que es lo que tanto le angustiaba que no podía dejar de pasearse cerca de la ventana.
Yuri no podía decirle.
No sabía cómo hacerle saber a Nikolai de la existencia de cierto leñador ilegal y que estaba preocupado por él. Estuvo a punto de contarle muchas veces, sí, sin embargo, se arrepentía a último minuto, las palabras se estancaban en su lengua y terminaba negando, atribuyendo su inquietud a la presencia de los lobos. Era pura intuición lo que le impulsaba a mantener el secreto de Otabek, algo le decía que los pobladores no se tomarían muy bien el hecho de que un extraño haya estado viviendo oculto en sus tierras y robando sus recursos.
El conteo de víctimas de la primera noche había subido a ocho personas, la mayoría de ellos tenían sus casas y campos del otro lado del pequeño pueblo y, en la prisa por salvar a sus animales, no habían alcanzado a resguardarse en sus casas. Al otro día hubo dos personas más, en los siguientes solo hubo un par de heridos que consiguieron escapar, hasta que los lobos irrumpieron en un hogar cercano y acabaron con una familia de tres.
Había policías encargándose del caso, pero no hacían nada más que levantar actas y cubrir los cadáveres con bolsas negras, lamentándose de lo ocurrido y consolando a los familiares. ¿Qué acaso el gobierno no hacía nada?, Yuri se lo había preguntado a su abuelo y este solo respondió con un suspiro cansado, diciéndole que era improbable que le prestaran atención a un pueblo perdido que ni un nombre oficial tenía.
Ahora podía entender un poco porque solo había viejos en el pueblo: ¡obvio nadie se iba a querer quedar en el pueblucho si todos los años sucedía esta clase de cosas!
Se sentía desesperado. Era un grupo de personas mayores que estaban a merced de unas bestias hambrientas, rogando en sus casas no ser las próximas víctimas... Yuri no dejaba de preguntarse porque su abuelito no le dijo nada de eso a su mamá, por qué no se mudaba a la ciudad con ellos; también, egoístamente, deseaba que no lo hubiesen obligado a ir y conocer esta realidad. ¿Cómo se suponía que dormiría en paz durante el resto del año sabiendo que en verano su abuelo corría peligro mortal?
Quizás él mismo podría convertirse en una víctima de los lobos.
Intentó contactarse con Mila y solo se encontraba con el horrible pitido de "sin señal", de verdad necesitaba hablar con alguien que no creyera que era jodidamente normal encerrarse en sus casas por el miedo a ser devorado por animales.
Yuri solo consiguió ponerse más nervioso cuando su abuelo había sacado armas... armas como una escopeta o un rifle de caza, no tenía idea si había alguna diferencia, y en cada habitación de la casa había un cuchillo aserrado de dimensiones absurdas. Nikolai había insistido en poner un arma corta en las manos de su nieto para explicarle cómo debía disparar en caso de ver a un lobo cerca. No podía.
No podía.
No había manera en la vida en que pudiera manejar una pistola o lo que fuera, no era capaz de jalar el gatillo aunque su vida dependiera de ello. Temblaba como una hoja al sentir el peso del arma y lo que implicaba; Yuri era rudo, por supuesto que sí, pero de un puñetazo bien dado a disparar era un trecho que no estaba dispuesto a andar.
—Yuratchka, es para defensa, si los lobos se meten a la casa...
—Entonces tapamos las ventanas con madera y hojalata. No lo sé, abuelo, no puedo con esto, es demasiado...
Puede que haya habido lágrimas en sus ojos cuando rechazó por última vez la instrucción del mayor. Ni siquiera podía empezar a explicar el miedo que le daban las armas, no estaba seguro de por qué, no sabía si era que la campaña antiarmamento en adolescentes había funcionado bien o fue esa vez cuando tenía siete años, volvía de la escuela con su madre después de haber ido a patinar en la pista de hielo del centro comercial y unos tipos se acercaron para asaltarlos, encañonándolos y amenazandolos con matarlos si no entregaban todo.
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Little Black Ridding Hood [OtaYuri]
FanfictionEste año Yuri no lo ha hecho muy bien en la escuela, así que su madre decide mandarlo castigado a la casa de su abuelo a las afueras de Moscú. Yuri ama a su abuelito, pero detesta que viva en medio de la nada, en un pueblo que se quedó unos 50 años...