Estaba agotado después de tanto trabajar y, a pesar de eso, no pudo comer más que la mitad de un sándwich y unos sorbos de té.
Afortunadamente Dmitri les había ayudado a terminar la cerca y a reforzar el gallinero. Almorzaron en el patio mientras el cazador les contaba sobre lo que había descubierto sobre los lobos en sus incursiones: creía que había unos cinco o seis lobos en total, una manada pequeña donde había una disputa de liderazgo, puesto que las huellas y marcas dejadas más adentro en el bosque daban clara muestra de una lucha entre los animales; también hablaron de las señales en los terrenos del abuelo, Dmitri sugirió que los lobos podrían estar reconociendo el área, ya que habían cambiado su patrón de movimiento habitual.
Yuri no quiso prestar demasiado atención, pero Kolya preguntándole a cada momento si había escuchado o visto algo extraño de noche hacía que su mente volviera una y otra vez a los hechos, lo que le revolvía el estómago de ansiedad y miedo.
Apenas el cielo empezó a teñirse de violeta, entre su abuelo y él cerraron los ventanales de la planta inferior, ajustando los postigos y comprobando que fuera imposible abrirlos desde fuera. La antepuerta de hierro se veía completamente fuera de lugar, pero Nikolai le explicó que solo la instalaba durante las temporadas de peligro.
Se dieron las buenas noches con un abrazo y cada uno se retiró a su habitación cuando ya había oscurecido por completo, la falta de luz eléctrica hacía que todo fuese aún más tenebroso.
Caminó de un lado a otro en su cuarto recogiendo sus camisetas sucias, calcetines, las tazas de té que nunca bajó a la cocina y otros artículos que tenía tirados por el suelo; suspiró con cansancio cuando tomó el famoso machete y lo dejó junto a su cama en caso de necesitarlo (esperaba que no, por más rudo que fuera, no era capaz de imaginarse a sí mismo blandiendo un arma de esa clase).
Se supone que Otabek vendría pronto, no dijo exactamente una hora, así que no sabía en qué momento iría, había cosas que nadaban en el fondo de su cabeza que quería ignorar, pero seguían ahí, sobreponiéndose a cualquier otra cosa en la que quisiera concentrarse... ¿Por qué quería verlo? ¿por qué sabía tanto de lo que estaba pasando?... ¿cómo Beka pensaba llegar a su ventana si estaba en un segundo piso? ¿cómo sabría cuál es su cuarto?
Pateó sus zapatillas bajo la cama y le quitó el seguro al ventanal del balcón. Yuri se sintió aún más nervioso al momento de sentarse en el lío de frazadas sobre el colchón, una pequeña vocecita le decía que estaba traicionando la seguridad de su abuelito al hacer eso, no debería confiar de esa manera en alguien que apenas conocía y que, además, vivía escondido en medio de los bosques.
... ¿Por qué Beka había dicho que era un guardabosques, si antes había dicho que solo era un leñador? aunque, si era un guardabosques, seguramente podría contactarse con quien sea que fuesen sus jefes y podrían pedir ayuda, ¿no?, la mayoría de estos trabajadores dependían del gobierno, deberían poder hacer algo para que no siguieran muriendo personas.
Se rascó las manos de forma casi compulsiva tratando de detener sus pensamientos. ¿Qué se supone que significaba todo esto? Su abuelo nunca mencionó nada de esto, si su madre supiera todo lo que ocurría en el pueblo no permitiría que Kolya se quedara en un pueblo tan peligroso o no lo hubiese mandado... ¿no pasó nada de eso cuando vacacionaban allí en su infancia?
Eran demasiados hechos ocurriendo, Yuri se sentía como un niño pequeño al que se le había estado ocultando secretos fundamentales, se dio cuenta de que, en realidad, nunca se había preocupado por nada y que había desperdiciando varios momentos que pudieron haber sido preciosos. Quizás su abuelo podría morir, quizás él podría morir... ¿y qué había hecho hasta ahora? ser un mocoso es toda la extensión de la palabra.
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Little Black Ridding Hood [OtaYuri]
Fiksi PenggemarEste año Yuri no lo ha hecho muy bien en la escuela, así que su madre decide mandarlo castigado a la casa de su abuelo a las afueras de Moscú. Yuri ama a su abuelito, pero detesta que viva en medio de la nada, en un pueblo que se quedó unos 50 años...