Dos

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No es como si tuviera algo más interesante que hacer durante esas vacaciones obligadas en el culo de Moscú, así que Yuri se dedicó a ir a diario al bosque quemado a ver si se encontraba con Otabek, mejor conocido como el leñador misterioso.

Podía parecer un poco desesperado que estuviera siguiéndolo y tratando de hacerse su amigo, pero si pudieran ponerse en su lugar lo entenderían: el pueblucho no ofrecía absolutamente ninguna emoción, era el único adolescente en kilómetros a la redonda y estaba harto de las conversaciones de ancianos sobre el clima y cuantos centímetros había crecido la cosecha durante el día (sí, durante el día), no le importaba que hubieran podido tener cinco variedades nuevas de patatas ese año ni que las manzanas estaban menos jugosas.

Debería importarle, tal vez, pero no podía concentrarse en eso.

Extrañaba a sus amigos, extrañaba el internet, extrañaba no dormirse a las diez de la noche como si fuese un bebé. Oh, el señor oscuro lo ayudara, también extrañaba a Mila con su sentido del humor coprolálico.

Pues bien, decidió seguir yendo al bosque quemado con la (auto)excusa de tomarse un par de fotografías hasta que se decidía a empezar a vagar entre los árboles hasta dar con Otabek trabajando.

La primera vez el chico lo había mirado extrañado, preguntándole si se había perdido de nuevo. Optó por mentir y dijo que sí, aunque... no estaba muy seguro en que parte del bosque estaba y tampoco podía afirmar que podría regresar solo en caso de no haber hallado al joven leñador ilegal. De todos modos, Yuri lo encontró caminando al azar hasta oír el "chop-chop" y "chak-chak" del hacha chocando con la madera.

Se había sentado en un tronco caído y había hablado de cosas al azar hasta que Otabek empezó a responderle.

Si Yuri tuviera algún sentido del instinto de conservación, sabría que no era buena idea ir a un lugar peligroso a buscar a un desconocido solo porque estaba aburrido. Y, de todos modos, si hubiese tenido sentido común no tendría este tipo de castigos, el tema de pensar en las consecuencias no era su fuerte.

Sin embargo, a Otabek no parecía molestarle que Yuri se entrometiera en su camino y su trabajo, al principio no parecía tener mucha confianza y se remitió a asentimientos y negaciones, pero poco a poco empezó a opinar y a preguntar por algunas cosas que desconocía, incluso, a veces le llevaba un sándwich o frutas extras para compartir. Cuando se volvía de noche, subía a Yuri a su bicicleta y lo acercaba hasta la casa de su abuelo, siempre tomando rutas alternativas, bordeando los caminos principales y yendo por detrás de las propiedades como si estuvieran escondiéndose.

Yuri le había preguntado por ese extraño comportamiento y el leñador solo se encogió de hombros, como si aquello no debiera ser un misterio en lo absoluto.

—Creo que te conté que mi presencia en el pueblo no es muy... conocida y sería fácil para ellos darse cuenta que no soy de aquí. Y, la verdad, no quiero preguntas.

—¿Por qué? ¿eres una especie de fugitivo de la ley o algo así?

—Hum... un algo así.— dijo Otabek y le dio una especie de sonrisa donde solo una de las esquinas de su boca se crispaba.

Fue en ese momento en que el adolescente comprendió un par de cosas, dos básicamente:

Era un idiota sin instinto de supervivencia y Otabek era, es y sería lo más interesante que le pasaría aquel verano.

Pasó un par de noches en vela, preguntándose si realmente el leñador no era un asesino serial del tipo organizado y orientado al proceso, que le gustaba jugar al gato y al ratón con sus víctimas, solo para hacer sus asesinatos más placenteros para él. Sin embargo, de ser así, Otabek habría tenido muchas oportunidades de matarlo, sobre todo en la noche mientras lo llevaba a casa; un solo descuido y podría haber terminado con un hacha incrustada en la cabeza. Yuri racionalmente sabía que, cualquiera con sentido común, le diría que lo que hacía era riesgoso y que había una alta probabilidad de que acabara desmembrado en una zanja... pero, peligroso o no, esto le brindaba algo de emoción a su estadía.

Little Black Ridding Hood [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora