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Ocho meses y tres semanas.
Extrañamente se levantó de su siesta de la tarde, últimamente ya no podía hacer nada, levantarse se le complicaba demasiado, su madre quien leía un libro en el pequeño sillón de la habitación lo observo dejando este de lado.
—¿Te sientes mal cariño?.— Murmuró mientras le ayudaba a levantarse.
—No... Creo que ya no tengo sueño... ¿Dónde está Namjoon?.
—Hoy es la casería cariño, fueron a ello. ¿Tienes hambre?.— Asintió estirándose, sintió una patadita y soltó una risita.
—Mucha hambre. Pero ayudame a bajar, ya estoy fastidiado de comer aquí en la habitación. Quiero estirar un poco las piernas.— Pasando su brazo por los hombros de la alfa, está le ayudo a bajar, sosteniendo sus redondas caderas.
Momo sonrió al verlo, rápidamente dejo de hacer el condimento para marinar la carne que trajeran y se acercó a el ayudándolo a bajar.
—Debería de estar descansando luna. Estos pequeños le quitan mucho la energía.— Con entusiasmo le sirvió un vaso de agua, el cual tomo cuando logro sentarse en la silla.
—Es lo que yo le digo, pero no hace caso.
—Mama, estoy cansado de estar acostado, me duele la espalda por qué no me dejan caminar.— Observo a Taehyung entrar después de dar su rondín.
—Oh, luna. ¿Se encuentra bien?.— Sonrió por la amabilidad de Taehyung, era un muchacho muy lindo.
—Estoy bien, solo estoy arto de estar acostado todo el día.— Asintiendo Taehyung se sentó manteniendo a su lobo alerta.
—Le serviré lo que estoy preparando, le encantará.
—A mi siempre me gusta lo que me preparan.
—Pero no el hígado encebollado luna.— La alfa mayor rió, sabía que su hijo odiaba eso con su vida.
—Eso sabe horrible. De recordarlo me dan ganas de vomitar.
—Mejor no lo hagas, vamos a comer.— Rió Asintiendo y miro por la ventana.
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