El día tan deseado... la carrera Porto Rosso estaba a nada de iniciar & (t/n) acomodo su falda de tono verde con cuidado, ocultando sus rodillas, usando una camiseta blanca con un collar, ocultando la herida en su rodilla que continuaba doliendo, no era una herida de gran tamaño, pero años anteriores se lastimo en dicho sitio, cuando fue empujada contra el bote de pesca, golpeándose, adoloridas desde ese entonces, también sus cicatrices estaban manchadas con la marca morada y celeste bien entremezcladas. Oculto sus heridas con sencillez, así como intento mostrarse animada con todo esto, tenía que estar presente para Giulia como siempre lo estuvo, incluso si su corazón estaba roto.
No la abandonaría en su día más importante.
Le otorgo una sonrisa a su padre que únicamente desordeno su cabello comprendiendo cuanto dolor estaba atravesando al ver irse a quien quería por primera vez. Era un lado malo del amor, ella lo supo de la peor forma, obligándose a sonreír cuando llegaron al lado de Massimo, sonriéndole, posándose detrás de Macchiavelli que sostenía el otro extremo del cartel que el padre de Giulia estaba sosteniendo.
—¡Forza Giulietta!
Giulia sonrió al ver el ánimo de su padre & se sorprendió al encontrarse con (t/n) mostrándoles los pulgares animadamente. El dolor se mezclaba con la felicidad en el mirar de (t/n), sonriéndole, era un día importante, se esforzaron tanto para nada... no, esto no era en vano, tenían que derrotar a Ercole sin importar que.
Entrenaron duramente sin descansos.
—Buona fortuna, Giulia — hablo (t/n), su tono suave, concentrándose en tener buenas vibras, queriendo enviárselas a su amiga. Era un día importante, la carrera, pero entonces la atención de todos se desvió hacia Luca encaminándose con un particular traje. — ¿Luca... vas a competir, es en serio?
—¡Luca, es una muy mala idea! — añadió Giulia.
—¡Oye, vago! ¿Que no tienes un traje de baño? ¡Hahaha!
—¡Déjalo en paz, scemo! — (t/n) bufo con sus ojos en blanco ante las burlas de Ercole, adoraba discutir con menores, parecía ser su actividad favorita en su vida aburrida. Y Luca estuvo sorprendido de ver a (t/n) lucir calmada, defendiéndolo, era una buena amiga... demasiado buena, tenía que hablar adecuadamente con ella.
—¡Señores, signore, la copa Porto Rosso está a punto de comenzar! — comenzó a hablar la mujer acortando las burlas de Ercole para suerte de todos los niños de ahí —. ¡Hubo algunos avistamientos estos días, pero no teman, si aparece algún monstruo marino hoy, estaremos listos! — Era una mala idea... (t/n) deseaba entender los motivos de Luca, arriesgando su vida, con todos esos hombres preparados a atacar si esto no iba tomado de la suerte —. ¡Nadadores en sus marcas!
Con cuidado (t/n) tomo asiento con cansancio en su rodilla adolorida a observar que esto no saliera de control. No tenía que salirse de control ante nada del mundo, y si ocurría... su mente estaba disparando cada escenario donde tendría que interponerse conjunto con Giulia, ambas podrían intentar ayudarlo, aunque existía esa posibilidad de ser quitadas del camino con sencillez, eran chicas, comparadas a la fuerza de los pescadores... no eran nada, eran como un peso sencillo, ellos las quitarían con un solo empujón.
Deseaba no ser tan inútil en estos asuntos... su mente ideaba tantos planes buenos a seguir si tan solo tuviera esa fuerza, si sus rodillas no dolieran, si supiera nadar, actuar a prisa, solo sabía cómo ser una buena amiga. Dando lo mejor de sí misma, pero... ¿Eso era suficiente? Era buena, lo intentaba todo el tiempo, ayudando a su padre con el trabajo, visitando a su madre en el cementerio, contándole su vida, leyéndole, llevándole flores frescas siempre, sonriendo, pasando tiempo a su lado... casi sintiendo sus manos sobre sus hombros, protegiéndola, ahora... quería otorgar ese sentimiento de protección, pero nunca parecía ser suficiente, perdiendo a su madre, perdiendo a Alberto.
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Go Find Out Yourself {Alberto Scorfano & Lectora} Finalizada
Fanfiction-¿Estas... bien, Alberto? - escucho la dulce voz de la chica de cabellos (c/c) meciéndose con ella al balancearse semejante como una niña pequeña que lo miraba con sus ojos preocupados. Una verdadera preocupación al hablarle en esa tarde. -Ah, sí...