Go Find Out Yourself {Alberto Scorfano & Lectora} Finalizada

#04 Equipo de relegados

Una presentación memorable se mantendría en las memorias de ambos eternamente a partir de ese entonces. Con suavidad soltaron la mano del otro & sabrían que así se veía el inicio de una nueva amistad. Era esa clase de felicidad que casi sentías atrapar con tus propias manos, sonrientes, regresando sus atenciones al sonido de una bicicleta chocando en contra del suelo, descubriendo a Luca desde el suelo, el estrepitoso sonido de su caída los saco de su pequeña burbuja, por ende, Alberto casi corrió al lado de su amigo para darle una mano a reincorporarse a lo cual (t/n) solo sonrió con dulzura porque era bueno ver amistades sanas.

Preocuparse por el otro & ayudarlo sin más.

Y tras haberle dado una ayuda a su querido amigo elevo su pulgar en alto en señal de que todo estaba bien. (t/n) camino en la dirección de ellos, solo deteniéndose al lado de Giulia, quién seguía estando bastante pensativa respecto a formar un equipo.

—Alto — interrumpió Giulia como la voz líder —. Hablemos de ti.

Comento ella señalando con su dedo índice a Alberto, evaluándolo, con su voz indicando que aún estaban a prueba los chicos detuvieron su caminar. (t/n) conocía a Giulia desde... bueno casi toda su vida, ella era apasionado, algo que siempre tuvo para admirarle en comparación suya que solía ser más reservada e incluso temerosa para correr riesgos o enfrentarse a Ercole hasta ese día, hubo una clase de fuego que nunca vio en sí misma.

La valentía de enfrentar tus miedos.

—¿Si sabes nadar?

—Sí — contesto él con completo orgullo de admitir una de sus mejores cualidades —, como nadador soy... — pero en medio de su contestación tan segura se vio interrumpido con el codo de Luca chocando contra su brazo dolorosamente para detener su habla y sostener su brazo con la mano contraria, porque ahora que lo pensaba si contestaba saber nadar esto solo los guiaría a algo muy malo, era muy mal augurio revelar que era buen nadador —. Maaaaalo, soy terrible.

—Pero... — inquirió (t/n) con confusión al ver ese cambio tan repentino —, acababas de decir que si...

—¿Yo, en serio? Debes haber escuchado mal (t/n), hay... muchas gaviotas merodeando, realmente soy un terrible nadador.

—Tú no nadas y tú no sabes andar en bici... ¡Siento un disastri!

—Vaaaaaamos, no te aflijas — intento consolar (t/n) a su querida amiga intentando olvidarse del repentino cambio de palabras en Alberto. Porque no quería discutir con nadie, ni mucho menos presionarlo cuando se acababan de conocer, a lo mejor le tenía miedo al océano, como ella... —. No todo está perdido, no como crees... aún queda tiempo para que se perfeccionen, e incluso puedo ayudarlos. ¿Qué me dices?

—¿Puedes...? — pregunto Giulia ahora con interés en esta sugerencia, porque (t/n) siempre era muy reacia a todo lo que tuviese en común con la carrera. Así que oírla hablar de ayudarlos era un cambio que la alegraba, tener a su amiga para lo que deseaba ganar era una alegría enorme.

—Puedo enseñarle a andar en bicicleta o al menos... guiarlo adecuadamente, aún no pierdo mis habilidades de ciclista — sonrió (t/n) con ánimos a esto viendo como el rostro de Giulia se iluminaba con cada palabra —. Además de preparar toda la pasta que sea necesaria para Alberto, aunque... solo podría observarte nadar, es lo único que no puedo hacer.

—¡Es más que suficiente, eres la migliore amico del mondo!

Giulia brinco hacia (t/n) rodeándola con sus brazos en un fuerte abrazo animado de saber que en sus entrenamientos (t/n) estaría mayormente presente. le sonaba casi como un milagro, y al fondo los dos chicos solo intercambiaron miradas sin entender mucho que ocurría, aunque veían que nada malo pasaba.