Treinta palabras

Día 5: Naranja

Mientras tomaba su sangre de naranja, Hunter terminaba de leer el cuarto libro de "La buena bruja Azura" en su escritorio. Estaba pasando el tiempo, esperando al profesor de Pociones Curativas, cuando ella se le acercó.

—Tu nombre es Hunter ¿verdad?

La humana estaba parada en frente de él sonriendole amablemente. Rascal, que estaba en su hombro, pío feliz al verla.

—Sí, ese es mí nombre —le respondió, expectante a saber por qué le estaba hablando.

—Es un gusto conocerte, mí nombre es Luz —dijo aún con su sonrisa—. Lamento si te estoy molestando pero no pude evitar ver que estás leyendo un libro de Azura ¿Te gusta la saga de sus libros?

—Sí —respondió sin dudarlo. —Son mis libros faviritos.

Hunter pudo contemplar como la sonrisa de la chica se hacía más grande ante esta noticia.

—No sabía que en las Islas Hirviente les gustara la literatura humana, en especial de fantasía, no puedo entender cómo estando viviendo en un lugar tan increíble se puedan interasar en una historia como está.

El rubio frunció el seño. ¿Acaso se estaba burlando de sus libros favoritos?

—No me mal interpretes —dijo ella rápidamente al notar que su comentario no estaba siendo interpretado de la mejor manera, —me encantan los libros de "La buena bruja Azura", eran mi forma de escapar de la realidad en mi casa, pero me sorprende ver que a alguien que prácticamente vive en un mundo fantástico le parezca interesante.

—Esto me hace pensar que no has pasado mucho tiempo con un habitante de las Islas —mencionó Hunter inocentemente.

Luz sonrió, este era el momento perfecto.

—Entonces creó que necesito encontrar un especialista en el tema. ¿Te molestaría ayudarme a conocer mejor este lugar?

Hunter no supo que decir, pero al mirarla tenía la impresión de que ella no iba a aceptar un no por respuesta.