Really matters? | Percy Jackson (BL ships) ♡

𝐎𝐅 𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒

De flores y cartas de amor

Thanatos x Nico

Thanatos es realmente anticuado y corteja a Nico de la manera 'adecuada' (dándole flores, pidiendo permiso a Hades para salir con Nico, siendo un admirador secreto) y luego se casan y tienen una buena relación sexual.

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Thanatos no se enamoró de Nico de inmediato. El Dios tenía un alma vieja y había visto millones de historias de amor desmoronarse, un millón de corazones rotos. Juró que nunca se enamoraría después de ver lo que el amor de Helena y Paris le hizo a Troya, dijo que nunca tendría esos sentimientos por alguien. Sentimientos para acabar con toda una nación. Pero Nico di Angelo se coló sobre él lentamente, solo una brisa al principio, que se convirtió en una tormenta que arrasó con Thanatos.

Ambos pasaron mucho tiempo en el inframundo y al principio ni siquiera hablaban. Pero luego Nico entablaba conversaciones tranquilas, sobre la geografía del inframundo, los mitos sobre el Tártaro. Thanatos respondió con 'sí' o 'no' o gruñidos vagos, tratando de deshacerse del pequeño enano y hacer su trabajo. Pero Nico fue persistente, aparecía más a menudo. Ayudaba a Thanatos en el trabajo a veces, y le preguntaba sobre su pasado, todas las cosas que veía, que Thanatos decía de mala gana. El mortal fue la primera persona en prestarle atención en mil años y fue peculiar, pero no del todo desagradable.

Lentamente, Thanatos se abrió al otro chico; rompió el sello de sus labios y dejó escapar las historias de milenios. Contó la gran historia de amor de Mark Anthony y Cleopatra, Orfeo y Eurídice, Jason y Medea. Habló suavemente sobre las historias desgarradoras de todas las muertes de la historia; El asesinato de Martin Luther King, las almas empapadas y temblorosas que salen del mar desde los escombros del Titanic, gente delgada y enfermiza que regresa de Auschwitz.

"¿Cómo se suponía que iba a hacer que su paso fuera pacífico?" Thanatos preguntaba en voz baja. Cada vez que hablaba, Nico lo miraba con esos grandes y oscuros ojos de él, llenos de tanto asombro que dejaban sin aliento a Thanatos como ninguna de las grandes batallas lo había hecho.

Cada vez que venía Nico, Thanatos siempre se sorprendía. Siempre que el mortal se marchaba, el Dios se sentía como si todo fuera un sueño, sentado al lado del chico, vigilando las puertas de la muerte o llevando pacíficamente un alma al más allá. Pero Nico vino, sin falta, y se sentaba lo suficientemente cerca como para que Thanatos sintiera el calor irradiando de él, lo suficientemente cerca como para que el Dios pudiera ver el ligero polvo de pecas en sus pálidas mejillas, y las motas de avellana en sus hermosas mejillas. Y sus ojos cafés.

Nico se reiría en voz baja y le diría a Thanatos sobre las cosas que sucedían en el mundo mortal, cosas que al Dios no le importaban, pero de alguna manera la voz de Nico hacía que todo pareciera una aventura. Muy pronto Thanatos se quedó anhelando unirse a Nico arriba, para sentir al hijo de Hades en todo su esplendor. Querría al chico a su lado constantemente, pero no entendía que los latidos de su corazón se aceleraran o la sonrisa que aparecía en su rostro cada vez que veía al mortal. No entendía sus propias emociones.

Hasta que un día, Nico se rio con la risa más espléndida que no pertenecía a los muertos, y Thanatos de repente lo entendió.

Y sabía que por Nico, estaba listo para destruir más que solo una nación.

Thanatos se sentó en el bote de Caronte, descansando su rostro en su mano. Dejó escapar un profundo suspiro.

"Bájate de mi barco" dijo Caronte sin emoción. Thanatos no pudo distinguir su expresión debido a las sombras que cubrían sus ojos.