Capítulo 20

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Wei Wuxian, Lan JingYi y Xue Yang pasaron un buen rato abrazados hasta que el mayor decidió separarse.

—¿Quieren que les cuente algo sobre mi pasado? —preguntó con suavidad sentándose cerca de los conejos.

JingYi y Xue Yang asintieron con entusiasmo.

—¿Qué cosa quieren saber? —volvió a preguntar con una sonrisa.

—¡Su etapa de Patriarca Yiling! —exclamó JingYi.

—Bien.

Años atrás

Habían pasado un tiempo desde la caída del Sol, el mundo de la cultivación vivía sin miedo a Wen Ruohan. Todos habían llorado en el momento en que Meng Yao apuñaló a dicho líder.
Jiang Cheng había tomado venganza por sus padres muertos y hogar quemado.
Wei Wuxian estuvo con él en eso, acompañándolo.

Todo iba bien, hasta que el líder de la secta LanLing Jin decidió dejarse llevar por la codicia. Tener el Sello del Tigre Estigio ponía a Wei Wuxian en la mira de Jin Guangshan y su hijo bastardo.
En ese momento Wei Wuxian no sabía lo peligro que era dicho artefacto, pero eso a Jin Guangshan no lo detuvo.
El día que Wei Wuxian irrumpió preguntándole a Jin ZiXun sobre Wen Ning, intentó persuadirlo.

"¿Será que la secta LanLing Jin quiere ser la nueva Qishan Wen?". Había sido la pregunta de Wei Wuxian que enfureció a Jin Guangshan y a las personas que lo apoyaban.

Ver cómo ese insolente mocoso tenía algo que debía ser suyo lo enfureció mucho más. Cuando llegaron noticias de que Wei Wuxian había resucitado al general fantasma, los rumores empezaron a aparecer. Gran parte de esos rumores fueron creados por Jin Guangshan.
Manipular al líder de Yunmeng Jiang fue realmente fácil; Jin Guangshan solo necesitaba un punto de quiebre en la relación entre el líder y el ex discípulo.

Cuando se esparció la noticia de que el general fantasma había matado a Jin ZiXuan, Jin Guangshan los manipuló a todos con simples palabras.
El mundo de la cultivación culpó a Wei Wuxian de matar al heredero de LanLing Jin. Que su estúpido sobrino lo haya emboscado fue un deleite.

Con el mundo de la cultivación en contra del temible Patriarca Yiling, Jin Guangshan creyó ingenuamente que tendría el Sello del Tigre Estigio. Pensó que asesinando a Wen Qing y teniendo en cautiverio a Wen Ning le daría algún tipo de ventaja, pero no fue así.
Cuando el Patriarca Yiling apareció en la conferencia, Jin Guangshan pensó tener alguna posibilidad. Ver cómo ese mocoso se burlaba de todos con arrogancia había enfurecido a los líderes de pequeñas sectas.

En el momento en que un discípulo lanzó la flecha hacia Wei Wuxian, el mundo de la cultivación sintió la furia y el poder del tan llamado Patriarca de Yiling.
Desesperado porque las cosas no iban como él quería, Jin Guangshan recorrió a su hijo bastardo. Hacer que Wei Wuxian perdiera el control fue fácil, a pesar de que la muerte de su nuera no estaba en sus planes, Jin Guangshan sonrió.
La energía resentida se había descontrolado, Wei Wuxian estaba descontrolado.

Jin Guangshan sonrió ante su cometido, pero su sonrisa se borró al ver cómo Wei Wuxian rompió el Sello del Tigre.

Actualidad

Necesitaba que esa cosa estuviera fuera de las manos de Jin Guangshan; sabía que al hacerlo moriría, pero fue un precio a pagar.

—¿Cómo moriste? —preguntó Xue Yang sintiendo un odio irracional hacía las personas que su Xian-gege mencionaba.

—Los cadáveres que estaban bajo mi control me asesinaron —respondió Wei Wuxian con la mirada perdida.

Al escuchar eso, Jiang Cheng, Lan Xichen y Lan Wangji miraron hacia otro lado apretando los puños. La muerte de Wei Wuxian volvió a repetirse en la cabeza de los tres como si de un disco duro se tratase.
Ver cómo el cuerpo de Wei Wuxian era desgarrado a nada, fue suficiente para que se acercaran a él.

—¿Fue doloroso? —preguntó JingYi con suavidad.

—Lo fue, A-Yi —contestó Wuxian—. Sentí como sus dientes se encajaban en mi piel desgarrandola lentamente.

Xue Yang y JingYi se estremecieron, de solo imaginar eso los asqueaba.

—Pero eso pasó hace muchos años, no es algo que debamos recordar.

Wei Wuxian agradeció internamente la interrupción de Xichen.

—Mi idiota esposo tiene razón —afirmó el Jiang ignorando el puchero de Xichen.

Lan Wangji no había pronunciado palabra alguna, él solo se dedicó a observar a su esposo.

—Wei Ying —llamó con suavidad sentándose a su lado.

—¿Mn?

—¿Quieres seguir supervisando el castigo de los juniors?

¿Castigo? ¿Cuál casti...

—¡Lan Zhan, el castigo! —exclamó levantándose con rapidez. ¿Cómo pudo olvidarse de eso? Bueno, no fue su culpa.

Wangji rió con suavidad al ver cómo su esposo comenzaba a alterarse.

—Wei Ying, está bien —habló el segundo Lan—. Tío decidió que sigas con el castigo después del almuerzo.

Wei Wuxian dejó de moverse y miró a su esposo.

—¿Después del almuerzo? —preguntó confundido a lo que el segundo jade asintió.

—¿Entonces puede seguir contándonos? —habló JingYi con timidez.

El ex Patriarca asintió entusiasmado.

—¿Qué quieren que les cuente?

Xue Yang pensó un poco antes de hablar.
—Cuentanos cómo fue tu llegada a Yunmeng.

Wei Wuxian volvió a sentar y miró a su Shidi antes de hablar.

Hace años

El pequeño Wei Wuxian intentaba buscar protección en una pared. El niño sollozaba cada vez más al ver cómo poco a poco los perros se acercaban.
Asustado escondió su cara entre sus pequeñas piernas; levantó su cara cuando no escuchó ningún perro y vió a un amable hombre sonriéndole.

"Ya estás a salvo, A-Xian". Le había dicho esa persona.

Wei Wuxian le sonrió. Jiang Fengmian sintió su corazón apretarse en su pecho así que decidió agarrar al niño.
La llegada de Wei Wuxian a Lotus Pier trajo ciertos problemas. Debido a su miedo a los perros, Jazmine, amor y princesa tuvieron que irse. Eso provocó el llanto del pequeño heredero.

La relación entre Jiang Cheng y Wei Wuxian no empezó del todo bien. El pequeño Jiang lo culpó por perder a sus perros y en su ataque de enojo provocó la huída del pequeño Wei.
Cuando Jiang Yanli lo encontró, Wei Wuxian estaba arriba de un árbol.
Fue cargado por su Shijie después de caer del árbol y ambos, encontraron a un lloroso Jiang Cheng en el camino.

Actualidad

—¿Qué clase de persona le pone esos nombres a un perro? —preguntó Xue Yang sin entender como alguien le ponía nombres de agonía a un pequeño animal.

—Silencio, enano —ordenó Jiang Cheng avergonzado.

—¿Por qué dejaron que su relación se rompiera? —preguntó JingYi provocando una tensión en los hermanos.

—Éramos jóvenes, en ese momento ambos creíamos que estábamos haciendo lo correcto. Quizás tuvimos que comunicarnos más.

—Sí, puede ser. Pero dejaron que Jin Guangshan también se metiera.

—Como Wei Wuxian dijo, éramos jóvenes e ingenuos.

Recordar al causante que —en parte— rompió su relación, era algo que Jiang Cheng y Wei Wuxian no querían tener en mente.

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Nuevo capítulo.
Espero que lo disfruten.
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Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors[ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora