Yoongi estaba enamorado. No supo en qué momento pasó exactamente, pero así era. Por eso seguía ahí, rodeado de flores artificiales y una manta verde detrás. Sus ojos amarillos se desviaron de la camara hasta su novio, ese rubio de gran sonrisa que lo veía detrás de la luz, ese hombre al que amaba más que nada ni nadie.Y lo juzgó, le mandó todo su odio a través de su mirada, ojalá sintiera su desprecio y entendiera que eso no sería perdonado con besos y miradas tiernas. Jimin sonrió cariñoso y le lanzó un beso.
—Hyung, mire a la camara. —entrecerró los ojos hacia el mejor amigo de su novio. Taehyung había rogado por usarlo como modelo en su proyecto de fotografía, Yoongi se había negado rotundamente, por supuesto, pero Jimin lo había vendido descaradamente a cambio de unos pastelitos de arroz hechos por la madre de su amigo. —Ya casi acabamos con esta parte, hyung.
Y lo que era peor, iban a fotografiar a su piedra, su preciosa, única y preciada piedra. Yoongi los había amenazado a todos con tirarlos por las escaleras si algo le pasaba a su símbolo de amor, y había sido ignorado, como siempre.
—Ah, que bonito te ves, amor. —escuchó el suspiro de Jimin y le volteó el rostro, enojado e irritado por el flash de la camara. El rubio rió, tomando su cajita y dejándola frente al gato negro cuando Taehyung le dio la señal, por el bien de los asistentes, solo Jimin podía tocar su valiosa pertenecía.
Yoongi colocó una pata sobre su piedra tan pronto su novio abrió la caja en la que era resguardada. Bufó enojado, aunque el proyecto era solo de Taehyung, ahí estaba el resto del grupo de amigos, quienes habían insistido en estar durante la sesión de fotos solo para poder ver la famosa piedra de Yoongi.
Como el gato que era, no podía evitar ser posesivo con sus cosas, en especial aquellas que eran importantes para él. Jimin lo había convencido con su chantajista frase de “¿No es tan bonita como para mostrarla?” y esos ojos bonitos que le ponía siempre que quería algo.
En qué me fui a meter, pensaba Yoongi cada que era chantajeado, sobornado, seducido y engañado por el que se supone era su amoroso e inocente novio.
—Woah, no puedo creer que sí brille. —Hoseok fue el primero en asomarse asombrado cuando Yoongi destapó su regalo. Las exclamaciones asombradas llovieron, y él no pudo evitar hinchar el pecho orgulloso y vanidoso.
La limpiaba todos los días y le cambiaba la hierba de gato sobre la que reposaba para que el olor se mantuviera fresco. Los pequeños diamantes ahora formaban un corazón alrededor de la piedra, uno que Yoongi podía alardear era perfecto.
Ronroneó gustoso mientras su cola se movía suavemente sobre las pequeñas flores artificiales. Nuevas fotos se tomaron. A la profesora de fotografía de Taehyung le había encantado el concepto de una especie tan egocéntrica y materialista como los gatos presumiendo y adorando algo tan común y banal como una piedra, así que le había prometido la calificación más alta de conseguir esas fotos.
De haberla escuchado, Yoongi se habría ido directo a los golpes con ella. Taehyung en realidad quería retratar que el amor no siempre tenía que tener el aspecto de un diamante, y que incluso la criatura más narcisista podía enamorarse con un pequeño acto de sinceridad.
Mientras era fotografiado frotándose contra su piedra. Yoongi podía recordar cuando su hermano le había preguntado inocentemente por qué cuidaba tanto de una piedra.
Claro, nadie podía entenderlo, incluso antes de Jimin, él también se preguntaba que miraban los pingüinos de especial en buscar una piedra entre tantas iguales.
Pero era mucho más que eso. La piedra que Jimin le había dado le recordaba la razón de estar enamorado. Era dura, lo que Yoongi interpretaba como fuerte, y era suave, sin imperfecciones, sus curvas la hacían infinita, y brillaba aún si su color era tan profundo como el mar, no era muy grande, cabía perfectamente en la pequeña mano de su novio, pero era sólida, tangible, innegable. Existía, y era perfecta.
Esa piedra, tan hermosa como era, representaba el corazón de Jimin, representaba su amor y compromiso. Yoongi no solo estaba enamorado de Jimin y todo lo que él era, también estaba enamorado de la forma en que su novio amaba, y estaba enamorado de la propia forma en que él lo amaba de vuelta.
Con su cuerpo aún recostado junto a su piedra, Yoongi maulló en dirección a Jimin. El rubio lo miró curioso, acercándose ante el llamado.
—¿Qué pasa, hyung? —se arrodilló, quedando cara a cara con el gato bombay, mirando su reflejo en los ojos amarillos. Yoongi supo que lo tenía justo donde lo quería cuando el azul de sus orbes brilló, se preguntó si sus ojos también se dilataban de esa forma cuando veía a su novio.
Se estiró y pegó su hocico a la nariz de botón de Jimin. Más fotografías fueron tomadas, pero esta vez Yoongi lo ignoró, centrado en la expresión sorprendida del hombre que amaba.
Claro, solo una especie tan entregada como los pingüinos entenderían porque Yoongi amaba y cuidaba tanto de una piedra a la que nadie tomaría importancia.
Pero Jimin y él lo sabían. Cuando Yoongi miraba su regalo, no era una piedra lo que sus ojos encontraban, era el corazón palpitante y entregado de Jimin, la persona más importante de todas.
Porque Yoongi solo era un gato enamorado.
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De tí || ym ||
FanficEstar con él era toda una travesía, pero esa piedra era realmente bonita. O donde Yoongi acepta la piedra de Jimin, sin saber que este es un cambiaformas pingüino y no un gato. 🐧🐈Cambiaformas AU 🐧🐈Jimin pingüino 🐧🐈Yoongi gato 🐧🐈Historia co...