Capítulo 5

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Hwang Jeonsook había pasado todo tipo de cosas dentro de su pastelería desde su apertura, su experiencia era amplia en la repostería y las ventas, sin embargo, no sabía cómo manejar el que una persona haya caído inconsciente dentro de su local.

Aquel hombre joven de pelo castaño estaba tirado en el blanco y limpio piso, sin haber dicho antes una palabra, solo alzando sus cejas en sorpresa antes de perder la conciencia.

Salió rápido detrás del mostrador, abriendo una puertilla de madera para después arrodillarse frente al hombre. Lo analizó de pies a cabeza y después miró su pecho, confirmando que seguía respirando. Tocó las mejillas con sus manos buscando algún indicio de fiebre, pero su temperatura también se mostraba estable.

- ¡Jihyo necesito que vengas!

Una chica pelinegra salió de la puerta blanca que daba paso a la cocina de la pastelería, buscando con su mirada a Jeonsook tras haberla llamada, no encontrándolo hasta que éste levantó su mano y ahí se dio cuenta que estaba arrodillado frente a un hombre en el piso.

- ¡¿Qué sucedió?! – se arrodilló a la par de Jeonsook.

- No lo sé, de pronto cayó inconsciente, ¡Ayúdame! Llama a una ambulancia, hagamos algo – el pelinegro se sentía asfixiado y nervioso por la situación en la que se encontraban.

- Primero tranquilízate, todo está en orden, ya vuelvo.

Jihyo estando más tranquila y centrada con la situación, se dirigió a la cocina en busca de un botiquín de primeros auxilios. Cuando regreso, Jeonsook estaba ya con la cabeza de aquel guapo hombre, sobre sus piernas, le pareció extraño más no se detuvo a preguntar. Abrió el botiquín y sacó un bote pequeño de alcohol más una gasa pequeña, la cual humedeció con el líquido.

- Sostén su cabeza, si es un desmayo va a reaccionar con esto.

Jeonsook afirmó la cabeza del hombre con sus manos, sintiendo como una electricidad las recorría tras el toque.

Jihyo acercó la gasa húmeda a la nariz del hombre, notando como a los pocos segundos comenzaba a reaccionar, abriendo sus ojos de manera insegura.

Jeonsook bajó la mirada a esos mismos ojos que comenzaban a abrirse, tomando apenas conciencia, y cruzaron miradas. 

Un escalofrió le recorrió el cuerpo y sus ojos parpadearon confusos.

¿Serían esos... serían?

Esos ojos cafés... ¿eran los mismos que aparecían en su mente durante su adolescencia? Aquellos que dibujaba con tanta insistencia.

Lo pensó poco, envuelto en la confusión y en efecto sí, eran los mismos. Eran esos mismos ojos, que ahora estaban bajo el, con unos ojos que expresaban temor. 

Perdido en su mente, no sintió cuando el mismo hombre antes inconsciente, se levantó con la ayuda de Jihyo, mucho menos cuando salió apurado del local, solo agradeciendo la ayuda, sin despedirse, viéndose desorientado.

Jeonsook seguía perplejo, realmente no podía asimilar que ese hombre poseía los mismos ojos que se cruzaron tanto por su mente durante su adolescencia, no podía creer... que aquellos recuerdos que creía inexistentes estaban de vuelta en su presente.

Los escalofríos cesaron, solo estando alerta de nuevo cuando la chica a su lado tomó la palabra.

- Que extraño fue eso...

- S-si – titubeo – antes de desmayarse preguntó por Woosik - volteó su cuerpo hacia la pelinegra.

- Lo llamaré para preguntar si lo conoce y si está todo bien, ¿te dijo su nombre?

Encontré a quien amar |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora