- La escuela necesitará el regreso de los docentes tres días antes de reanudar el ciclo escolar, esperamos su presencia puntual maestro Kim – era la directiva escolar.
- Por su puesto señorita Karr, ahí estaré, que tenga un lindo día.
Colgó.
Taehyung había olvidado que Taehyuk tenía un trabajo; no había tomado en cuenta ese recorte de tiempo que tenía debido a su labor. Debía acudir a unas cuantas juntas de consejo y entregar la última parte del plan de estudios.
Ser docente era lo que más amaba.
Pero ahora había un factor más dentro del tablero.
Ahora sólo le quedaban cinco días para hablar con Jeonsook. La última media semana había asistido todas las tardes a platicar con él, ya sea disfrutando de un café o simplemente viéndolo trabajar, pues Jeonsook le dijo que su compañía le era agradable.
Se sentía familiar cuando estaban los dos juntos.
Los dos sabían el por qué, pero no se lo decían el uno al otro.
No había tenido un solo momento a solas para tocar el delicado tema que Taehyung quería soltar.
Jungkook se estaba aliviando de no ver algún indicio en los ojos de "Taehyuk", asimiló que tener su compañía como mera amistad sería lo mejor, y por su parte, nunca saldría la mención de ellos dos a la luz.
Taehyung por su parte, comenzaba a asimilar la vida de Taehyuk al lado de sus padres, volviendo a sentirla suya y no ajena.
Pronto lo diría.
Era la misma hora en la tarde, cuando Taehyung volvió a abrir la puerta de la pastelería hecha de ladrillos.
Todo estaba igual que siempre, las personas trabajando y las mesas limpias, una que otra ocupada por parejas o grupos de amigos.
Se acercó a la mesa donde siempre tomaba asiento, y Woosik lo miró, sabiendo ya lo que el castaño pediría, por lo que solo asintió con una sonrisa y pasó el pedido a la cocina.
Después de unos cuantos minutos alejó la vista de su teléfono tras revisar cosas de la escuela que le habían hecho llegar a su correo, y alzó la cabeza para buscar al pelinegro, el cual no se veía por ninguna parte.
Woosik llegó con su pedido y Taehyung lo recibió sin problema.
Taehyung decidió preguntar.
- Oye Woosik, ignora mi curiosidad pero ¿dónde está Jungkook?
Oh.
- ¿Quién? – Woosik tenía el ceño fruncido en confusión, y Taehyung cayó en razón.
- Digo... ¡Jeonsook! – respondió nervioso.
- Oh si... yo, no se muy bien, salió hace unas horas.
Taehyung agradeció y el rubio se alejó, de vuelta al mostrador.
Pasó alrededor de media hora y lo que había pedido, se había enfriado, pues lo había dejado en el olvido tras hundirse en sus recuerdos.
De pronto, el tintineo de la puerta sonó al ser abierta, pero no volteo hasta que una risa infantil resonó en el local.
Era una niña.
Vio como Jungkook cargaba en sus brazos a una niña de aproximadamente cinco años. Era una pequeña muy bonita, con un cabello lacio oscuro. Tenía un gran parecido a él.
Este mismo volteo por mera inercia hacia la mesa donde Taehyung estaba, y saludó.
- Amor, puedes ir a la cocina a saludar a Mary y Surán, pero pórtate muy bien, ¿sí? – Jungkook bajó a la niña de sus brazos.
Una respuesta entusiasmada salió de la boca de la pequeña, para después correr y atravesar las puertas que daban con la cocina, dejando un "hola" al aire como saludo a Woosik.
Por otra parte, Jungkook saludó a su empleado y después se dirigió a Taehyung.
Se sentó y charlaron un rato, hasta llegar casi a las ocho de la noche.
La pastelería cerraba a las nueve.
Taehyung tenía una duda que no lo dejaba desde que vio a Jungkook entrar al local. La pequeña en sus brazos tenía un gran parecido con él, sin exagerar.
Pero no podía ser su hija, no lo creía, nunca antes lo había mencionado. La duda lo arrebató, por lo que se atrevió a preguntar.
- La pequeña niña que venía contigo... se parece mucho a ti – sus ojos marrones se clavaron en los negros del hombre frente a él.
Jungkook no dudó en responder.
- Oh si, ella es mi sobrina, es hija de mi hermana Jihyo. Jihyo es la mujer que viene aquí los fines de semana.
Taehyung no iba a mentir. ¡Por supuesto que un alivio le llegó al cuerpo al escuchar esas palabras! Pues cabía la posibilidad de que Jungkook tuviera hijos, por un momento tuvo miedo de que la historia se repitiera.
Al parecer no.
- Es muy bella, pensé que era hija tuya... casi que tiene tú mismo rostro.
- No – Jungkook rio apenado – yo no estoy casado.
- Claro, claro – Taehyung también soltó una risita – yo tampoco estoy casado aún.
Después de sus palabras, hubo un silencio incómodo.
Jungkook no supo que responder, pues un fosforo atenuado al miedo se encendió en su pecho.
Antes de que todo comenzara a tensarse entre ellos, Taehyung tomó la palabra.
- Solo digo – rio nervioso mientras levantaba sus manos, enseñando sus palmas.
- Si, si... por su puesto.
Y una vez más, Taehyung se fue a casa de la misma forma que los días anteriores.
El tiempo se le estaba terminando.
Por que se hizo la promesa que, si no tenía a Jungkook antes de volver a Marsella, dejaría las cosas tal y como estaban.
El destino estaba escrito.
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Encontré a quien amar |Taekook|
Storie d'amore" ¿Me volverás a amar hasta el día de tu muerte?" "Y en cada una de mis siguientes vidas, si es posible..." - final alternativo / no hate por favor