Primera Parte

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Advertencias:

Ficción.

Temas delicados.

Ficción.

Lo que no entiendes ahora lo comprenderás después.

Ficción.

Para entender esta obra debes haber leído "Vendida a un Playboy", y "La Luz de Carlos Cavalier"💜

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Primera escena:

     Un apuesto y alto hombre sale de una grande y ruidosa fiesta.

     Segunda escena:

     El apuesto y alto hombre se encamina al lugar en el cual aparca su vehículo, el vehículo que sin duda alguna podría tener el valor de una- No; tres casas de personas medianamente estables en el ámbito económico.

     Tercera escena:

     El apuesto y alto hombre camina tranquilo, se adentra en su auto y se pone el cinturón, para muy prontamente accionar el motor.

     Cuarta escena:

     La noche es fría ese día veinte, las estrellas no están a la vista y parece que va a llover. Un relámpago ilumina el cielo repentinamente. La música resuena, resuena incluso a las afueras del establecimiento, allí, en la zona de parqueo que aquel apuesto hombre pensaba abandonar.

     Quinta escena:

     Las luces del vehículo demuestran, enfocan a una figura oscura.

     Sexta escena:

     La figura oscura se mueve lentamente, se mueve lentamente incluso cuando nuestro hombre hace sonar su claxon.

     Séptima escena:

     La figura oscura, la persona vestida con ropa oscura cae al suelo cuando el hombre en el auto está a punto de irse.

     Octava escena:

     El hombre en el auto se queda por un segundo estático, procesando lo sucedido. Los segundos siguientes se tratan de él saliendo y corriendo hacia la persona vestida con ropa oscura que visiblemente tiene un gran problema.

     Novena escena:

     El alto hombre tocó a la persona oscura que visiblemente tiene un gran problema, y esta, al ser removida a continuación, se arrastró por el suelo sin delicadeza hacia atrás, mirando a quien trataba de ayudarla como si fuera algo terrible que salió de sus pesadillas.

     Y ella, porque se trataba de una mujer, una sucia y sangrante mujer, le gritó:

     —¡N-no! ¡P-por f-favor d-déjame!

     Décima escena:

     El hombre, en realidad un joven, hizo todo lo posible para demostrar que no le haría daño. Pero parecía que ella no le creía en lo absoluto, porque seguía llorando, gritando, rogando que la dejara ir.

     Onceava escena:

     Ella súbitamente se levantó del suelo y cojeando corrió, corrió y corrió, escapando de él. Y él consideró, consideró que había tratado, trató de ayudarla. Pero si la mujer escapaba, ¿qué más podía hacer?

     Consideró que no era su problema.

     No era su problema.

     Hasta que recordó a su amorosa madre. Recordó lo que era correcto. Se dio cuenta de... que la mujer se cayó otra vez.

     Así que avanzó hacia quien, a pesar de sus esfuerzos, no había llegado lejos. La sujetó, la levantó y ella lloró, lloró y se movió, trató de lastimarlo para liberarse y le rogó por su libertad al no lograrlo.

     —Mírame —pidió él suavemente—. No voy a lastimarte.

     —Y-ya me han dicho e-esa mentira.

     Después del balbuceo, ella se desmayó.

     Doceava escena:

     La lluvia había comenzado a caer en algún momento.

     En su vehículo, y después de unos cuantos minutos, ella despertó. Él la vio por un momento, la vio a ella, a quien había ubicado en el asiento reclinado del copiloto para su comodidad. El... desordenado cabello oscuro que la mujer poseía ocultando sus ojos no eran un impedimento para hacerle notar que trataba de descifrar dónde estaba, cómo había llegado allí.

     —Estarás bien, te lo prometo —soltó, siempre suave, mientras se mantenía conduciendo—. No me tengas miedo, por favor. Mi nombre es-

     —¿A d-dónde me llev-as? —Una pregunta con voz rota y pequeña, tal como ella lucía.

      También le lucía familiar.

      —A la policía —le contestó él con sinceridad, porque consideraba que era la mejor opción.

      Hubo silencio.

      Pero el silencio no duró demasiado, porque su celular sonó de repente. Prestándole demasiada atención a la carretera para evitar accidentes, posó seguidamente sus ojos marrones en la pantalla, al nombre que aparecía en la pantalla, y con preocupación se dio cuenta de que se trataba de su hermano mayor.

      Y estuvo a punto de contestar.

      Estuvo a punto.

      Pero en dos segundos que miró a la mujer, notó algo que le heló la sangre. El sonido que el vehículo emitía cuando alguna puerta era abierta sólo causó que se le helara imposiblemente más.

       —¡No! —gritó él, antes de sujetarla con un agarre de acero, a lo cual ella comenzó a luchar desesperadamente, tratando de llegar, de atravesar la puerta.

     Entonces, él básicamente perdió el control del vehículo, por lo que comenzó con una maniobra que causó que el auto se moviera de manera brusca al igual —por supuesto— que quienes se encontraban en el interior, que eran ellos dos.

     Ella se quedó quieta mientras lloraba, debido a que él no la dejó ir a pesar del caos, y la hirió debido a su agarre, sin embargo, aún miraba a la puerta abierta, la puerta abierta por la que con anterioridad iba a saltar.

     ¡Por la que iba a saltar!

     Cuando él detuvo al auto, se olvidó de ser un caballero, se olvidó de que estaba haciendo lo correcto, se olvidó de que estaba tratando con una asustada mujer, porque con la respiración acelerada y metafóricamente el corazón en la garganta, le gritó, sin dejarla libre en lo absoluto:

      —¿¡Estás malditamente loca!?

     Y ella sollozó otra vez.

     ¿Nombre de la obra?







💣

Holaaa~

Sep, por fin me digné a publicarla xd

Gracias por estar aquí♡

—Lu⭐

Loco por La Loca (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora