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La falsa Alejandra bajó la mirada, y observó directamente a sus pies, donde unos desgastados zapatos parecían a nada de arrancarse terriblemente.

   Por supuesto, porque eran parte de su disfraz.

    Ella bajó la mirada, pero estaba atenta. Atenta a las dos mujeres idénticas, que eran muy cercanas a la familia Cavalier. Atenta y a la espera de las palabras de Mathew. Y, obviamente, atenta y a la espera de las palabras de Ethan, quien al parecer no era tan idiota como momentáneamente creyó.

     —Ella... —dijo Mathew, y esa como era la quinta vez que lo repetía. La falsa Alejandra tuvo que retener el impulso de rodar los ojos.

     Levantando un poco la mirada, pudo ver a las gemelas de apellido Helvet con una expresión de completa confusión. Ellas la miraban, la analizaban, de arriba abajo. Una tenía una mueca apenas visible y la otra-

     —Ella es Alejandra —soltó finalmente Mathew. Luego sonrió, y de repente parecía de todo menos nervioso cuando comenzó a presentar confiadamente—: Alejandra, esta mujer de aquí se llama Melissa Helvet. Ella, su hermana y su familia son cercanos a la nuestra desde hace mucho, mucho tiempo atrás.

    La llamada Melissa, quien era la que había estado con la mueca en sus labios rojos, sonrió un poco, demostrando dientes blancos y rectos, y asintió.

     —Es un gusto.

     Indudablemente.

    Pero a pesar de que ese era su real pensamiento, la falsa Alejandra susurró sus mismas palabras, pareciendo nerviosa.

     Mathew seguía sonriendo, pero no estaba mirando a su hermano.

     —Y, como puedes adivinar, su hermana —Él la sujetó de la mano e hizo que diera un giro desde su lugar, a lo que ella se rió. De nuevo, la sonrisa encantadora se plantó en los labios del menor de los Cavalier, lo que no hacía absolutamente nada en ella, en la falsa Alejandra, porque él tan sólo era un niño y, bueno, no le interesaban los niños—. Es Melinna Helvet.

    —Es un placer —comenzó a decir la mujer que sostenía la pañalera. Una sonrisa dibujada en su boca rosa—, Alej-

    —Melinna es la futura esposa de mi hermano —agregó Mathew súbitamente.

    Entonces la sonrisa de Melinna vaciló, tembló. Sus ojos buscaron rápidamente a Ethan, quien frunció el ceño en la dirección de su hermano menor

    La piel de la mujer oscureció, en un rubor.

    Como un pene.

    Entonces ella golpeó a Mathew en el brazo, y este soltó un quejido, mientras se alejaba de su atacante y ejercía un masaje en esa zona musculosa.

     —No le creas —dijo Melinna, acercando su mano a la falsa Alejandra con prisa—. Mi nombre es Melinna Helvet, y soy la secretaria y mano derecha de Ethan.

    Ella no miró al mencionado.

    Y era tan obvia, que la falsa Alejandra casi, casi sintió lástima.

     La falsa Alejandra tartamudeó:

     —U-un p-place-

     —¿Puedes quitarte el pelo de la cara? —preguntó de repente y bruscamente Melissa—. Lo siento, pero es que me da un poco de escalofríos porque al verte sólo puedo recordar a la chica de la película del aro.

     El silencio que prosiguió fue ensordecedor.

     —S-sí —contestó la falsa Alejandra finalmente. Y con las manos temblorosas, por supuesto en un ficticio temblor, apartó el pelo enredado y falsamente oscuro de su cara.

Loco por La Loca (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora