Alejandra...
Discúlpame, corrijo: La mujer de tatuajes negros y rojos en muchas partes de su cuerpo;
la mujer que escondía un costoso celular dorado y plegable en un bolso horrendo que era parte de su disfraz;
la mujer de ojos impresiones que derramó lágrimas falsas frente al menor de los Cavalier;
la mujer que no se llama realmente Alejandra...
La mujer que no se llama realmente Alejandra no se durmió incluso cuando ya era de madrugada.
3:32 a. m.
Ella podía ver la hora en su celular.
3:33 a. m.
Ella bostezó, recostada en la enorme cama que la habitación poseía.
No podía dormirse, ella no podía dormirse por tres sencillas razones:
1. Necesitaba verse como una mierda cuando enfrentara al más accesible de los Cavalier.
2. No tenía sueño en realidad. Calor sí. Hambre sí. Tenía hambre, definitivamente. Se le antojaba una pizza, un helado y un montón de vino caro.
3. Se estaba leyendo un libro muy interesante en una aplicación reconocida de lectura.
Su celular vibró en sus manos de repente, y sabía que era por su falta de respuesta: debió de responder los mensajes de su mejor amiga minutos antes, sí, pero llegó a la parte del libro que no podía abandonar sin duda alguna:
La del sexo.
Lo primero que dijo (en voz baja) cuando deslizó su dedo en la pantalla y contestó fue:
—Estoy tan sola —aplicó un poco de dolor a sus palabras—, tan mojada y sola.
—Tienes a otro Cavalier a tu disposición —le dijo la persona al otro lado de la línea, la risa siendo frenada.
Y ella, la falsa Alejandra, hizo una mueca de disgusto.
—Mathew es un niñ-
No pudo decir más, se quedó en silencio.
Un ruido,
Un ruido provino de afuera de... la habitación.
Un ruido,
Un ruido, como alguien abriendo y cerrando una puerta, como alguien caminando a continuación.
Eso le irritó.
¿Acaso Mathew quería hacer algo estúpido, como entrar a esa habitación ahora?
La falsa Alejandra muy lentamente dejó su celular a un lado, se reincorporó en la suave cama y alcanzó el bolso que era indudablemente horrible.
Del bolso extrajo una navaja,
Una navaja con piedras preciosas...
Al igual que una hermosa manera de atravesar piel y carne.
La falsa Alejandra caminó, lentamente en la oscuridad, con tan sólo su ropa interior negra, hasta la puerta.
Escuchó atenta.
Escuchó atenta por varios minutos.
Pero nadie forzó la puerta, nadie trató de abrirla, nadie se acercó realmente a esta.
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Loco por La Loca (En Edición)
Teen FictionUna inocente mujer llega a la vida de una familia que es considerada demoníaca: los Cavalier. ¿Conoces a los hombres de la familia Cavalier? ¿Has notado lo fríos que son? ¿Sabes qué tan ardientes pueden ser cuando eres el centro de su retorcido mund...