capítulo 60

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La mujer sigue diciendo.
- Me pueden explicar porque están retirando las pertenencias de mi defendida. Además me gustaría saber quién ordenó esposar a mi cliente, estas no son formas.

El fiscal revisa los documentos, después sonriendo responde.
- Es cierto que es abogada defensora pero en estos papeles que usted me acaba de entregar no son válidos ya que falta la firma de su jefe donde sea reconocida como la abogada defensora de esta mujer, además falta la aprobación del juez, que no aparece. Por lo tanto debe salir de esta habitación y si quiere encargarse del caso deberá solicitarlo y seguir los cauces legales pertinentes, por favor retirese.

La mujer molesta recoge los documentos diciendo.
- Esta equivocado, todo esta en orden, no falta nada.

El fiscal sonriendo responde de nuevo señalando.
- Aquí falta la firma de su superior y aquí no esta la firma del juez, por lo tanto, no cumple los requisitos, debe retirarse.

La mujer furiosa mira de nuevo los papeles, después dice.
- Eso son simples formalismos.

El fiscal muy serio responde.
- Yo no soy como el resto de los fiscales, sino esta todo en orden , no aceptó las pruebas ni el caso, debería haberse informado antes de aparecer ante mi abogada. Ahora vuelvo a repetir retirese, tengo trabajo que hacer y esta molestando.

La abogada furiosa mira al fiscal, después sale de la habitación y se dirige hacia una de las salas, comprueba que nadie la puede oir, saca su móvil y marca un número, cuando responden dice.
- Ha habido problemas, el fiscal no me ha permitido ser la representante de Susan, por unas firmas, hay que esperar hasta mañana que mi jefe y el juez me reconozcan como su abogada, hasta entonces no podemos hacer nada. No me grites, te recuerdo que te avise, no me hiciste caso. Ahora tenemos que ir con pies de plomo, este fiscal no es de los que se puede sobornar ni engañar.

Al otro lado responden.
- Debes hacer todo lo posible para que quede libre como muy tarde mañana por la mañana...

La abogada muy seria le interrumpe diciendo.
- Eso es imposible, como muy pronto podrá estar libre si el fiscal no se opone a una fianza y no la pide muy elevada dentro de una semana.

Al otro lado gritan diciendo.
- No, no, ella debe estar libre mañana.

La abogada responde.
- Desde ahora te digo que no va a ocurrir, avisa a tus amigos porque Susan mañana estará detenida y si los médicos deciden que puede ser tratada en la prisión será trasladada en las próximas horas a la enfermería de la cárcel para su tratamiento. No les des esperanzas a tus amigos, me estuve informando sobre el juez que lleva su caso y es el más duro del sistema, no le tiembla la mano al dictar sentencia, su familia es muy poderosa, nadie la puede tocar y esta muy protegida. No intentes nada contra él porque entonces no tendrá piedad en contra de ella.

Al otro lado responden.
- No podemos dejarla en la cárcel,  prometimos que estaría fuera mañana...

La abogada muy seria responde.
- Pues tendrás que hablar de nuevo con ellos y explicarles como esta la situación. Yo ahora no puedo hacer nada hasta que hable con el juez y con mi jefe. Espero no tener problemas, si mi jefe se opone, no podré representarla. Ahora debo dejar le antes de que me descubran.

La abogada cuelga y guarda su móvil, después sale de la Sala asegurándose de que nadie la ve.

Cuando está alejada de la sala , sonríe creyendo que nadie la ha visto.

El fiscal que había estado vigilando, se gira y después de comprobar que la abogada se ha ido, manda un mensaje, espera la respuesta y al recibirla sonríe ampliamente.

Mientras la abogada se dirige tranquilamente hacia su coche,  de repente salen unos hombres que al llegar donde esta la abogada dice uno de ellos, al mismo tiempo que le entrega un sobre.
-  Mañana a las diez se tiene que presentar en esta dirección, no tarde, le conviene estar allí.

A continuación se giran y se van.

La abogada muy extrañada mira el sobre, lo abre y lee la dirección.  A continuación saca su móvil, marca y dice.
- ¿ Porque tengo que ir a esta dirección? ¿ Que ocurre?.

Al otro lado responden.
- No se de que hablas, no te he mandado nada, explicate.

La abogada dice.
- Unos hombres me han entregado un sobre, dentro viene una dirección, me han dicho que este allí mañana a las diez.

Al otro lado responden.
- Ten cuidado, puede ser una trampa, recuerda, no nos conocemos. Cuando acabe la reunión, llamame para decirme lo que ha pasado. No hagas ninguna tontería.

La abogada se despide, guarda el móvil y se dirige hacia su coche.

Mientras los hombres que habían estado vigilando a la abogada, consiguen saber el número de teléfono a quien ha llamado, se lo pasan al fiscal y se retiran.

El fiscal al recibir el mensaje con el número, sonríe y guarda el móvil.

Por otra parte, Susan en la habitación del hospital intenta por todos los medios que le dejen un móvil sin conseguirlo.

El fiscal regresa a la habitación y muy serio dice.
- Si el doctor lo permite, será trasladada a la prisión mañana mismo. Ya sus cosas han sido recogidas.

En ese instante se abre la puerta, entrando en la habitación de Susan, la madre de Lisa, que dirigiéndose al fiscal dice.
- Se que no es el procedimientos y que se debe solicitar a través del Juzgado, pero debo hablar con la prisionera sobre ciertos hechos, me gustaría pedirle autorización para ello  señor fiscal .

El fiscal mira a Susan antes de responder, después dice.
- Sabe muy bien que no puedo saltarme las normas...

La madre de Lisa abre su bolso y sacando un sobre dice.
- Lo sé por eso antes de venir fui a ver al juez encargado del caso, le expuse todos los hechos, me dijo que si usted lo autorizaba por él no había inconveniente.

El rancho de las SalvatierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora