capítulo 97

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Sancho continua hablando, mientras " La madre de Susan" furiosa le ordena.
- Callate, no sabes nada, deja de mentir.

Sancho furioso la mira a los ojos.
- Aquí quien miente es usted, mintió a su marido haciéndole creer que Susan era hija de él, mintió a mi padre diciéndole que era un estafador y un ladrón, cuando quien es una estafadora y ladrona  lo eres tú. También has mentido a sus amigos  les ha hecho creer que puede conseguir las tierras que necesitan para lograr el petróleo y los yacimientos que hay en estas tierras, cuando resulta que estas  tierras, todas las tierras no las puede conseguir porque están protegidas por la ley del Congreso, si  así es, ya veo que no les ha explicado nada a sus socios, pues bien, yo se lo voy a explicar, es muy sencillo,  hace unos años, el Congreso aprobó una ley por la cual todas las tierras de este Estado no pueden ser perforadas y mucho menos explotadas. Ya veo que aún tienen dudas, entonces tampoco les ha enseñado el documento donde lo explica. Me gustaría saber cómo va a conseguir la licencia para poder hacer las distintas perforaciones ya que necesita presentar en la Oficina el permiso del Gobierno por el cual pueden acceder a las perforaciones. Ustedes saben, como hombres de negocios que son, que sin ese documento todo el dinero invertido lo pierden  y  que al solicitar el permiso después de ser estudiado se presentarían aquí el FBI junto con el  organismo que lleva todo lo relacionado con perforaciones y yacimientos. Me imagino que ella les habrá dicho que ya tiene todos los permisos que solo falta uno, el cual está esperando la firma, solo por curiosidad, ¿ les ha pedido alguna cantidad de dinero para pagar los gastos?.

Los hombres se miran entre sí unos  segundos, después uno de ellos.
- No le interesa los negocios que nosotros hacemos y como lo hacemos.

Sancho muy seguro se acerca hasta el hombre y le entrega un sobre.
- Es cierto, no me interesa, pero creo que a ustedes si les interesa esto, lean lo, después hablaremos.

El hombre abre el sobre y saca varios documentos, los lee despacio varias veces y a continuación los entrega a otro de los hombres, mira a la madre de Susan.
- Olvidate del dinero, prepara todo el dinero que has  recibido hasta ahora, mañana nos lo vas a entregar, tienes suerte de que no te pidamos intereses. Todo acuerdo entre nosotros queda cancelado, ya no tenemos nada que hacer aquí, adiós.

La madre de Susan muy pálida, sin poder reaccionar, ve como se van, cuando reacciona mira furiosa a Sancho.
- ¿ Como te atreves a intervenir en mis negocios?. Tú no eres nadie para hacerlo.

Sancho muy calmado, sonríe.
- Al contrario, si soy alguien porque las tierras que querias vender a esos hombres, me pertenecen, es más también se que hiciste pruebas en estas tierras pero salieron negativas no hay nada de petróleo, ni una gota, quisiste que tu marido vendiera estas tierras, pero él no accedió y tampoco quiso ponerlo a nombre de Susan , ni tuyo, por si no lo sabes estas tierras cuando tu marido falte, por si estas planeando su muerte pasarán a manos de Lisa y Cole, así lo ha dispuesto tu marido.

La madre de Susan, enfurecida se acerca hasta Sancho.
- ¿ Como te atreves a  decir que voy a asesinar a mi marido?. Yo no soy una asesina.

Sancho muy seguro.
- Me atrevo porque usted ya asesino antes, sabes muy bien de lo hablo,  no tengo porque decírtelo.

La madre de Susan furiosa.
- Yo no asesine a nadie, mentiroso, fuera de mi casa, ahora mismo.

Sancho se planta en medio del despacho y mira a todos los sitios, después se dirige hacia la derecha y se sienta en uno de los sillones.
- Creo que no lo quiere entender, esta no es su casa, quien tiene que irse de esta casa eres tú, tienes una hora para recoger tus peternencias y  marcharte  de aquí. Eso también va para ti, Susan  por cierto deja las llaves del coche Susan aquí y que tu madre deje también las suyas de su coche.

Susan que hasta ese momento no había dicho nada, mira a todos.
- No se de que están hablando Sancho, ni comprendo porque debo recoger mis cosas e irme de mi casa, me lo puedes explicar.

Sancho muy serio mira a todos y con voz grave.
- Te lo voy a explicar muy claro,  la persona que hasta hoy considerabas tu padre resulta que no lo es por lo tanto, ha solicitado el divorcio de tu madre y ha pedido que tanto tu madre como tú abandonen inmediatamente la propiedad, yo he sido designado por el juzgado a propuesta del marido de tu madre como la persona encargada de que se cumpla lo dispuesto por el juzgado.

La madre de Susan grita.
- No es cierto, él no ha podido solicitar el divorcio, yo lo hubiera sabido si eso fuera cierto. Estas mintiendo.

Sancho con mucha calma saca unos papeles y se los arroja a la madre de Susan.
- Lealos, ahí lo trae todo, palabra por palabra de lo que acabo de decir.

La madre de Sancho se apresura y coge los papeles, los lee y después empieza a sonreír.
- Vaya al final, no voy a tener que matarte, voy a disfrutar viendo como te humillan.

La madre de Susan le quita los papeles, los mira, después mirando a Sancho.
- No pienso irme de aquí, esta casa es mía, esta a mi nombre...

Sancho interviene .
- Error, esta casa estaba a tu nombre pero hace exactamente tres días esta casa se puso a nombre de mi hermano y de mi cuñada.

Susan al oír el nombre de Lisa se enfada.
- Ni hablar esa zorra no se va a quedar con la casa, antes la mató.

En ese momento llega la madre de Lisa y al escuchar las palabras de Susan, se acerca hasta ella.
- Como te atrevas a tocar a mi hija, quien acaba muerta serás tú.

A continuación levanta la mano y le suelta una cachetada en la mejilla derecha y después en la izquierda.

El rancho de las SalvatierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora