capítulo 94

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Sancho se acerca hasta donde están los nuevos peones que acaban de entrar, mira muy atentamente al hombre, después de unos minutos.
- Creo que te reconozco, te he visto en compañía de Susan y su madre en la ciudad en varias ocasiones.

Sancho piensa unos segundos, después sonriendo.
- Ya sé dónde te ví y quien eres. Ahora me gustaría saber porque has querido entrar en mi propiedad si no tenemos relación alguna.

Antes de que pueda responder, varios hombres armados entrar sin esperar, se sitúan a ambos lados de la puerta y hacen una señal.

De pronto una mujer entra con paso firme se dirige hacia donde se encuentra Sancho.
- Hola, ya estoy aquí, decidí que no debía esperar a mañana, tu madre me imagino que estará en la casa, llama la, dile que has averiguado algo más que debe saber.

Sancho completamente en shock, no se mueve hasta que la mujer le grita.
- Ya deberías haber llamado, a que esperas.

Sancho al fin puede reaccionar por lo que después de dudar llamar por el móvil, da el mensaje y cuelga.

A los pocos minutos, la madre de Sancho llega hasta la puerta, abre y al ver a la mujer dentro sonríe.
- Me alegro que estés aquí, tengo muchas ganas de hablar contigo, venga vamos hasta la casa y podremos hablar con tranquilidad.

La mujer sonriendo.
- Yo también me alegro de verte madrina, pero no puedo ir a la casa recuerda que mi estancia aquí es una incógnita y así debe seguir para poder llevar a cabo nuestro plan.

La madre de Sancho, un poco decepcionada mira a su ahijada unos segundos, después le pregunta muy seria.
- ¿ Porque has venido antes de la cita que teníamos programada?.

La mujer sonriendo a la madre de Sancho.
- Vengo porque no pude aguantar más, después de tanto tiempo y de los últimos acontecimientos no debemos esperar y debemos actuar ya.

La madre de Sancho vuelve a preguntar ya que intuye que ha ocurrido algo que no sabe.
- Me parece muy bien, pero tengo una duda, ¿ Que acontecimientos te refieres?

La mujer piensa unos segundos antes de responder, después  comprende que debe informar a su madrina para que así la pueda ayudar.
- Me refiero a las bombas que han intentado hacer llegar a mi propiedad, las hemos podido interceptar a tiempo, por lo que decidí que era mejor adelantar el viaje y traerlos a todos conmigo.

La madre de Sancho el escuchar a su ahijada, se enfurece.
-Así que a tí también intentaron deshacerse de vosotros por medio de bombas. Creo que es hora de ponerles un alto y esta vez debe ser definitivo, nada de palabras.

La mujer al escuchar a la madre de Sancho.
- Un momento, a vosotros también os atacaron a través de bombas. ¿cuando sucedió?

La madre de Sancho muy seria le explica lo sucedido con respecto a las bombas, a continuación la mujer se gira y sacando una pequeña pistola apuntando al hombre que está atado.
- Creo que tú sabes más de todo esto, así que  empieza a hablar. Tienes cinco minutos, después me ocuparé de tí. Vamos , empieza a hablar.

El hombre se pone muy pálido, busca ayuda con la mirada pero no lo consigue.

Al comprender que su situación se ha vuelto insostenible, el hombre después de pensar lo mucho.
- Les diré lo que sé con relación a las bombas si ustedes me prometen que protegerán a mi pequeña y a mí.

Al oír Sancho al hombre, decide preguntar muy extrañado.
- No entiendo, que tiene que ver una pequeña con las bombas.

El hombre antes de hablar mira a todos los lados, después en voz baja.
- Ellos tienen en su poder a mi pequeña, si no les doy información le harán daño.

La madre de Sancho al oírle.
- Supongamos que es cierto porque no fuiste a la policía o nos dijiste algo para que pudiéramos ayudarte. Demuestra nos que realmente tienes una hija, porque hasta ahora nunca la habías nombrado.

El hombre muy nervioso mira a todos los lados antes de decir nada.
-" Ahora como demuestro que tengo una hija, no vale con mi palabra querrán pruebas , tendría que haber pensado antes de hablar ".

En ese momento el capataz que había estado escuchando se acerca  hasta donde esta la madre de Sancho.
- Siento interrumpir pero creo que esta mintiendo, hace unas semanas le escuche decir hablando con otro de los peones que él se protegía ya que no le gustan los niños y que no tenía ninguno, que solo le gustaba pasar el rato con una mujer y después se iba con otra.

La madre de Sancho.
- ¿ Recuerdas con quién hablaba?.

El capataz piensa unos segundos   después saca su móvil, marca y cuando responden.
- Se que es tarde pero necesito que vayas a comprobar una cosa al almacén, es importante, cuando estés allí llamame, recuerda ten cuidado ya sabes todo lo que está sucediendo últimamente.

El capataz les mira muy serio después de colgar y guardar el móvil.
- En breve estará aquí la persona que estuvo hablando con él, puede confirmar todas mis palabras.

Pasan los minutos y se oyen unos pasos acercándose, tocan a la puerta y entran. El peón cierra la puerta y al fijarse en la escena que ven sus ojos se asusta dando un paso atrás.

El capataz interviene.
- Tranquilo, él ha estado pasando información sobre todo lo que sucede en la propiedad, dice que tiene una hija y que la tienen en su poder. ¿ Recuerdas lo que hablaste con él hace unas semanas sobre los niños y las mujeres?. Puedes hablar libremente.

El peón aún asustado asiente con la cabeza, cuando se recupera mira a su compañero.
- Recuerdo muy bien esa conversación porque yo estaba muy feliz ya que acababa de ser tio. Él me aseguró que no tenía hijos ni los quería tener en un futuro cercano y si alguna vez alguna mujer le venia a decir o le llamaba para decir que estaba embarazada ya sabía que el no se haría responsable y que nunca querría saber nada de ese embarazo, que debería abortar, que él no iba a pagar manutención ,  ni mucho menos un aborto.

El rancho de las SalvatierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora