capítulo 91

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El capataz asiente con la cabeza mientras agarra al hombre sacándolo a rastras del despacho. Al llegar fuera de la casa se dirige hacia una de las zonas más alejadas, por el camino hace señas a unos peones que se acercan rápidamente.

Cuando los peones están junto al capataz, éste les dice furioso.
- Llevenselo, que nadie hable con él entendido. Si alguien pregunta se fue de la propiedad y si os preguntan porque se fue, no sabéis el motivo. Si aún siguen insistiendo, les mandais que hable con el patrón o conmigo.

Los peones asienten con la cabeza, uno de ellos al reconocer de quien se trata.
- Vaya eres tú, ¿ donde esta tu amigo?.

El capataz al oír al peón pregunta con curiosidad.
- ¿ Amigo? ¿ Que amigo? ¿ Acaso hay algún otro traidor en la propiedad?.

El peón muy serio responde al capataz.
- Hace unos días le vi hablando con un hombre cerca del lago, el hombre se escondía como si no quisiera que nadie le viera,  solo pude escuchar  unas palabras " tierra" " Cansado", " tiempo'. Si volviera a verlo lo reconocería, además me dio  tiempo a sacarles unas fotos, mireles.

El peón saca su móvil y enseña las fotos, el capataz al verlas.
- Primero vamos a poner en un lugar seguro a este hombre, despues le enseñaremos las fotos al patrón, él debe verlas inmediatamente.

Después   de aseguarse  de que no puede escapar, el capataz acompañado del peón se dirige hacia la casa de nuevo, de pronto se para y mirando al peón.
- Por si alguien nos está vigilando y te preguntan porque has ido a la casa  dirás que has tenido que ir para explicar unas vallas que estaban en mal estado, puede que nadie te pregunte pero debemos tener cuidado. Solo tu compañero, yo y el patrón sabemos lo que está pasando, no hables con nadie, avisa a tu compañero.

El peón se queda pensando unos segundos, después muy serio .
- No es mejor que no nos acerquemos a la casa, tal vez yo debería pasarle las fotos y enseñarse las al patrón, así nadie sospechara, ni hará preguntas.

El capataz piensa en lo que ha dicho el peón, después le mira.
- Lo que dices tiene sentido, pero ahora el tiempo es importante, esta en juego muchas cosas y las vidas de varias personas, no podemos perder tiempo.

Después de ponerle  en lugar seguro, el capataz junto con el peón se dirigen hasta la casa, una vez dentro van al despacho donde el peón enseña las fotos a Sancho. Este al verlas, las envía a su contacto y al cabo de unos minutos le llega la respuesta que estaba esperando, después se gira y de un armario saca un revólver y varias cajas de municiones.
- Vamos donde esta el hombre que os mande, no podemos perder más tiempo.

Todos salen rápidamente del despacho, la madre de Sancho al ver los pasar sin detenerse decide seguirlos para saber que ocurre. Una vez que llegan hasta donde se encuentra el hombre custodiado, Sancho muy serio mirando al capataz.
- Busca a los cómplices de este hombre que están en el rancho y detenlos ,  registra sus pertenencias por si tienen además del móvil que este en ese momento en su poder otro más, pregunta al resto si les han visto en alguna zona concreta y si es así registra la y avisame con lo que descubras.

A continuación Sancho sin esperar se dirige hasta el hombre y muy enfadado.
- Hasta ahora he tenido mucha paciencia pero se ha acabado, así que escuchame muy bien porque no lo voy a repetir. Me vas a dar todos los nombres de los implicados junto con las pruebas, ya tus cómplices que se encuentran en mi rancho han sido detenidos. No esperes ninguna ayuda porque no la vas a recibir.

Antes de que el hombre pueda responder, la madre de Sancho entra con una escopeta en la mano, le quita el seguro y se aproxima hasta ellos.
- Así que este es el bastardo que ayudó a colocar las bombas en mi propiedad, también ayudó con el robo de caballos y pasó información junto con sus cómplices, Sancho sal de aquí, yo misma me encargaré de él, no hace falta que te ensucies las manos.

El hombre asustado mira a Sancho suplicando que no le dejen sólo con ella.
- No, no, por favor, señor no se vaya, no quiero morir.

La madre de Sancho muy molesta.
- Eso deberías haberlo pensando antes, ahora ya es tarde.

La madre de Sancho ajusta la mirada y empieza a apretar el gatillo.

El hombre aterrado empieza a gritar y se mea del miedo.

Aterrado el hombre.
- Hablaré, diré todo lo que sé pero no me mate, por favor.

La madre de Sancho muy enfadada.
- Sé que vas a decir mentiras para librarse de la muerte. No te creo.

El hombre muy asustado.
- No voy a mentir, lo juro, le daré las pruebas, demostrará que no miento, hice copias para protegerme y se las voy a entregar.

En ese momento el capataz entra y se acerca hasta donde esta Sancho entregando una carpeta y móvil.

Sancho abre la carpeta, empieza a leer los documentos, sonríe, se acerca hasta el hombre.
- Creo que ya no tienes nada con que negociar, hemos encontrado esto escondido entre tus pertenencias, así que te voy a preguntar. ¿Que  puedes entregarnos para salvar tu vida?.

El hombre muy asustado y aterrado piensa unos segundos, después viendo que la baza de los documentos ya no le sirve, agacha la cabeza derrotado.
- Les puedo decir donde están y como llegar hasta ellos, además también les puedo decir como pueden destruirlos.

Sancho muy seguro mira al hombre.
- ¿ Porque tenemos que creerte?. Tal vez quieras engañarnos.

El hombre niega con la cabeza, intentando que le crean.
- No, no miento, créame señor, estoy diciendo la verdad.

La madre de Sancho interviene.
- Ya me canse, como ya no le necesitamos porque tenemos las pruebas, le voy a matar y después llamaré a mis amigos para que se encarguen del cuerpo.

El rancho de las SalvatierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora