Capitulo 8 • Paula

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Rose lleva cuatro semanas de quimioterapia, al parecer el cancer se está frenando y ella está mejorando.

Todavía no he hablado con Raquel, de echo ni siquiera he ido al instituto estos días, tampoco he mirado el móvil, solo me he centrado en pasar tiempo con mi abuela y en carreras o galerías de arte.

Tampoco he hablado con Marco desde al ultima carrera, desde ese día no le he vuelto a ver por el circuito, seguramente haya cambiado a otro, dice que yo también debería ir allí, pero siento que no me puedo ir de este, es como si cuando estoy ahí, subida en la moto, mi padre me viese desde las vallas y eso no me pasa en ninguno más. No puedo dejar que desaparezca ahí también.

Solo he hablado con Luca para decirle que mañana podríamos quedar para que me llevase a ver eso que me quería enseñar.

Ahora que he hablado un poco más con él  me he dado cuenta de que Marco tenía razón, en realidad no es como parece en el instituto, allí es diferente a cómo es fuera. Cuando estamos ahí parece que lleva una coraza enorme para que no le puedan hacer daño, pero cuándo salimos es como si se la hubiese quitado y fuese él mismo.

Luca es algo popular entre las chicas del instituto, en otras palabras, todas van detrás de él.

Es ex-capitán del equipo de fútbol, tiene el pelo rubio, recuerdo que su padre lo tenía igual, hace mucho que no le veo por aquí, tiene los ojos azules cómo su madre, por cierto, a ella tampoco la he visto, es más alto que Marco y también bastante guapo.

Dicen que sale mucho por ahí, que se pasa las noches de discoteca en discoteca, también he escuchado que estuvo en coma por un accidente en una carrera ilegal en la que iba hasta arriba de pastillas y alcohol.

Quizás es verdad eso que decía Jaime de que necesita ayuda...

Dejando a Luca a un lado, hoy he salido a una galería de arte, por fin, llevaba siglos queriendo ir a una, a mi abuelo le encantaba ver cuadros en las galerías, decía que la mejor manera de saber los sentimientos de alguien es analizando sus pinturas, él dibujaba extremadamente bien, supongo de ahí viene mi ambición por el arte.

De pequeña pasaba los veranos con mi abuelo en el pueblo, allí no había muchas galerías así que cogíamos buses y metros hasta llegar a ellas.

Pasábamos horas dentro, analizando cada pequeño detalle de cada obra, todas eran espectaculares y lo que reflejaban podía ser hermoso o devastador.

Si, tengo muchas metas en la vida desde que soy pequeña, cada una tiene su raíz.

Papá me enseñó la pasión por las motos.

Mamá me enseñó la pasión por la escritura.

El abuelo John me enseñó la pasión por el arte.

La abuela Rose me enseñó la pasión por la música.

Y la abuela Jazmín me enseñó la pasión por la moda.

Desde que era una enana me he querido dedicar a millones de cosas, incluso en algún instante de mi vida mi sueño fue ser cajera en el Mercadona, pequeña ilusa.

He querido ser policía, bombera, presidenta, mecánica, maga, detective, astronauta, actriz...

Hasta que encontré mis verdaderas aficiones.

Corazón en ruinas *EN PAUSA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora