Capitulo 11 • Paula

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Esta mañana he vuelto al instituto, Luca me acompañó y me presentó a sus amigos.

Respeté la decisión de Raquel y la he dejado espacio. Ni siquiera la he dirigido la mirada en toda la mañana, ha sido difícil y duro, pero, no podía fallarla, no otra vez.

Ya he vuelto a casa, no he usado el móvil en todo el día, internet es un infierno.

Vídeos míos llorando en la carretera se han hecho virales por el instituto.

Odiaba las caras de pena que me dirigía la gente mientras caminaba por los pasillo con la cabeza agachada, podía sentir sus miradas entristecidas al fijarse en mí.

Ha sido una mierda.

He odiado cada segundo del día de hoy.

No quiero volver mañana, pero, tengo que hacerlo, ella tiene que ver que puedo hacerlo.

Luca no ha parado de intentar subirme el ánimo.

Siento que no puedo seguir acercándome a él.

Porque si me acerco demasiado a él sólo conseguiré hundirme más en este pozo en el que estoy metida.

Acercarme a él solo me haría ser dependiente de una persona más y eso me haría más vulnerable.

Por eso he dejado de contestar a sus mensajes y a sus llamadas.

Tengo que dejar de quererle por hacerme feliz.

Yo sola soy la que tiene que aprender a ser feliz por si sola.

Mi felicidad no puede depender de que alguien esté cerca de mí.

Me levanto de la cama y bajo a la cocina a por algo de comer.

Abro la nevera en busca de comida.

Empiezo a revolver todo hasta que saco un taper de macarrones con tomate y los caliento en el microondas.

Salgo a la terraza a comer.

Observo los coches, los pájaros y las personas pasar mientras escucho la playlist de mi hermana.

Los ojos se me empiezan a cerrar por el sueño y me acomodo mejor en la silla.

Pasan algunas canciones hasta quedarme dormida.

—¡Mamá, papá, por fin volvéis, a sido un infierno tener que esperaros tanto tiempo!- Exclamo acercándome a ellos con una sonrisa.

—¡Paula, hija mía!- Exclama mamá dándome un fuerte abrazo.

—Nosotros también nos alegramos de verte- Agrega papá uniéndose a nosotras.

Después de un tiempo abrazándonos, nos separamos y ellos me observan con calma.

—Has crecido muchísimo Pau- Murmura mamá con una sonrisa en su rostro.

—Estás guapísima peque- Comenta papá.

—¿Sabes qué, papi?

—¿Qué?

—Soy piloto de carreras y he ganado unas cuantas en tu honor- Comento sonriendo.

—Así me gusta mi pequeña campeona- Susurra él depositando un beso en lo alto de mi cabeza.

—Y también he escrito algunos poemas de esos que tanto te gustaban, mamá- Agrego mirándola.

Ella me mira sonriente.

—Estoy orgullosa de ti.

—Yo también- Suena de repente la voz del abuelo.

Corazón en ruinas *EN PAUSA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora