Capítulo 6

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Mientras Michael hablaba tomaron el primer plato, y para entonces Bill parecía estar más relajado, escuchando con atención a Michael como si fuera nuevo todo lo que estaba escuchando.

—Ah, sí. Bill me comentó también lo de la fiesta—murmuró Tom algo decepcionado.

Al igual que Bill, Michael se mostraba muy discreto. No es que pidiera detalles íntimos, pero le gustaría saber cómo se conocieron Bill y el primer chico con el que mantenía una relación estable.

Michael lo notó y decidió seguir con el relato, sospechando que si no decía nada más Tom seguiría intrigado y no cesaría en su interrogatorio hasta que Bill estallase de nuevo.

—Hablamos y Bill me dio su teléfono—siguió diciendo Michael.

— ¿Si? —preguntó Tom alzando una ceja—No te creía tan lanzado, hermanito.

—Ya ves—murmuró Bill sonriendo con esfuerzo.

"No me conoces en absoluto"—pensó suspirando.

—Esa noche estábamos los dos ocupados...por negocios—dijo Michael carraspeando—Pero le llamé al día siguiente y fuimos a dar un paseo por el parque.

"Y esas horas no te las cobré"—pensó Bill mirando a Michael—"Disfruté mucho de tu compañía y no pude hacerlo. Además, aún no sabías a lo que me dedicaba, o eso pensaba..."

Porque durante ese paseo, Michael sacó a relucir el tema....





— ¿Por qué has quedado conmigo, Bill? —preguntó de repente Michael.

Bill se paró en seco y se le quedó mirando, no pudiendo evitar echarse a temblar de miedo.

—El chico con el que estabas ayer, no es trigo limpio—empezó a decir Michael—Sé de sus hábitos y me extrañó verte con él. Por eso te investigué...Yo...no puedo creer que te dediques a eso. ¿Qué te pasó? Lo tenías todo...

—No tengo nada—saltó Bill furioso de que le investigara—Estoy solo y tengo que ganarme la vida como todo el mundo.

—No todos siguen el camino fácil—se le escapó a Michael.

— ¿Fácil? —repitió Bill enfadado— ¿Te parece fácil lo que yo hago? ¿Dejarte manosear por extraños? ¿Sentirte violado cada vez solo por un fajo de billetes?

—Tiene que haber otra salida—dijo Michael.

—No, no la hay—negó Bill—Mírate, tú sí que lo tienes todo. Con lo que te ha costado ese traje podía alimentarme yo toda una semana, malgastas el dinero en caprichos, y yo soy uno de ellos.

—Te recuerdo que solo te he llamado para dar un paseo, no porque quiera tener contigo sexo—susurró Michael para que no les escuchara nadie.

—Entonces no me hagas perder el tiempo—estalló Bill—Tengo mucho trabajo.

— ¿De qué? —inquirió Michael—Desde que se separó Tokio Hotel has trabajado de modelo esporádico y hace meses que no apareces en ninguna portada o desfilando.

— ¿Es que has seguido todos mis pasos? —preguntó Bill.

— ¡Yo y todo el mundo! —exclamó Michael—No tienes nada de cuidado, cualquiera podría irse de la lengua y contar a lo que se dedica ahora el gran Bill Kaulitz.

Mi vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora