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Al día siguiente, Minho realizó la típica y aburrida rutina del día a día, y una vez escuchó a la puerta cerrarse, corrió hacía su habitación, abrió las cortinas y se sentó ahí, esperando a que su nuevo amigo aparezca.

Unos minutos después, logró ver una silueta acercarse, la cortina de la casa vecina fue corrida con cuidado, dejando ver a Jisung.

Hoy estaba diferente, su pelo parecía lavado y su piel se veía más linda, parecía más cuidada.

La remera que llevaba era un poco más pequeña, pero no tanto, aún le quedaba un poco ancha.

Había notado que Jisung es muy delgado para su edad, debe pesar menos de 60 kilos.

Jisung le sonrió y agito su mano en señal de saludo, seguido, levantó su cuaderno, mostrando lo que tenía escrito.

"Buenos días Minho, ¿dormiste bien?"

Minho sonrió y comenzó a escribir.

"Buenos dias para ti también Jisung, he dormido bien, ¿y tú? Por cierto... Te ves bonito".

Jisung veía con detenimiento cada palabra, parecía que estaba confundido, o que no entendía lo que había escrito el mayor.

"¿Lindo? Yo no soy lindo, soy sexy".

"Pero también eres bonito".

Jisung confundido negó.

"¿Por qué niegas?"

"Porque yo no soy lindo, ni bonito, la naturaleza, las flores y árboles son lindos y bonitos, es agradable contemplarlos".

"Entonces tu eres la naturaleza y yo te contempló".

Jisung agachó la cabeza, y sintió a sus mejillas enrojecerse. No estaba acostumbrado a esos cumplidos, en realidad no estaba acostumbrado a que le digan algo así.

"Tú también eres naturaleza, y a mí me gusta contemplarte".

Minho sonrió y lo observó.

Su rostro no era común, tenía mejillas gordas y su rostro no encajaba con los estándares de belleza de su país, su cuerpo no se veía trabajado y su altura no era la impuesta para su edad, pero Jisung entraba perfectamente en los estándares de Minho, su belleza es única, una hermosura que nadie tenía y cada detalle de su cara lo volvían especial, porque eso le daba más encantado volviendolo más él.

Jisung golpeó su ventana al ver que Minho se había quedado como hipnotizado.

"Lo siento... ¿Quieres que vaya a tu casa? Podemos cocinar algo"

Jisung asintió emocionado, y Minho volvió a repetir las acciones de la noche anterior.

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