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Minho no tenía mucha experiencia con las relaciones, y tampoco en el ámbito amoroso. Siempre fue muy tímido cuando se trataba de coquetear o tratar de conquistar a alguien, quizás por esa escasez de experiencia, solo había tenido una pareja en lo que va de su vida.

Su primer y única pareja fue un chico llamado Jeongin.

Jeongin era hermoso, tenía el pelo negro y su piel era blanca, sus ojos eran muy rasgado y sus labios finos, a Minho le gustaba mucho, incluso creía que estaba enamorado del menor, pero como todos sus amigos, él terminó alejándose.

Y fue la partida que más le dolió.

Jeongin era la persona con la cual más confianza tenía, pasaban casi todo el día juntos, su relación era hermosa, entre ellos todo era tan magnífico que creyó que sería eterno, dejó todo en las manos de Jeongin, confianzo plenamente en que lo cuidaria, pero cuando el piso empezó a temblar, él símplemente se marchó, dejando caer todo al suelo.

Nunca obtuvo una explicación de su partida, ni de la partida de sus amigos, en el fondo él sabía porque se fueron, pero no quería creerlo, esperaba que en algún momento sus amigos y Jeongin le expliquen el porque de su abandando.

Hace más de cinco años que su corazón se mantuvó neutro, sin alguna emoción o sentimiento eufórico, pero ahora que conoció a Jisung, aquellas emociones y sentimientos que tenía con Jeongin, incluso con sus amigos habían vuelto.

No quería apresurarse, y decir que le gustaba Jisung, pero sentía una atracción hacía él. Lo malo, es que aún no sabía si el menor era producto de su imaginación.

Miró al cielo, deseando que el universo le de alguna señal.

El cielo estaba estrellado, pero había un sector en donde una estrella se encontraba sola, brillando con mucha intensidad, tanto, que opacaba a la oscuridad que la rodeaba.

Una luz, en medio de la oscuridad.

Eso le recordó a que Jisung le gustaba la osucridad, eso era raro, ¿por qué te sentirás seguro en un lugar oscuro? A él le asustaria.

Escuchó la puerta de un auto ser abierta, automáticamente se escondió un poco, para que nadie lo viera.

Él auto había frenado en la casa de los Choi.

Vió a un nombre dirigirse hacía la puerta del acompañante y abriendola, para que del auto salga un chico, su pelo era rubio, pero su rostro no se podía ver bien, llevaba un saco enorme que lo cubría por completo.

Ambos fueron directamente a la casa de los Choi, golpearon la puerta y unos segundos después, está fue abierta y entreron.

Minho ahora sí se asomó un poco más a la ventana, y ee mantuvo ahí por unos minutos, observando la casa vecina, hasta que la luz de la habitación de Jisung fue encendida.

No sé si saben, pero no creo en Dios pero si en el universo, y en todas las cosas relacionadas con el jeje

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No sé si saben, pero no creo en Dios pero si en el universo, y en todas las cosas relacionadas con el jeje

•『 ✶ Vecino incógnito ✶ 』•  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora