Ya habían pasado dos días desde que Jisung se reencontró con su hermano.
Ambos días los paso junto a él, Chaejun iba al hotel, y se la pasaban viendo series o películas, hablando de la vida, y volviendo a construir aquel vínculo que fue cortado por manos ajenas.
Hoy Chaejun no podía ir a verlo, y la mamá de Minho llegaría un poco tarde, así que Jisung decidió hacer una cena para Minho, pero nada le estaba saliendo bien.
Había seguido cada paso, pero no contó los minutos y el arroz se le paso. Se sentía frustrado. ¿No podía hacer algo bien por su cuenta?
——¡Minho! ——exclamó desesperado.
El mayor llegó unos minutos después, del llamado del rubio.
——Lo siento, lo siento ——susurró entre sollozos.
——Qué paso, Hannie?—— Minho intentó acercarse, pero Jisung retrocedió.
——El arroz... Se me pasó, lo hice mal...
——Se puede comer igual, no te preocupes, todo esta bien ——respondió con calma.
——¿No vas a golpearme? ——cuestionó con un poco de miedo.
——No, ¿por qué lo haría?
——Hice algo malo.
——Solo es arroz, Jisung, se puede comer igual.
——Quería hacer algo bueno para ti... Pero terminé arruinandolo ——dijo con un tono triste.
Minho se acercó a él, y puso una de sus manos en el hombro opuesto, causando que Jisung de un pequeño brinco por el repentino toque.
——Puedes ir a bañarte, yo me encargaré de continuar con la comida, ¿sí?
——Me siento mal..
——Deja de preocuparte por el arroz, se puede comer igual, ¿ok?
——No es por el arroz.
——¿Y cuál es la razón, entonces?
——Faltan pocos días para es el juicio.
——Sí, ya lo sé...
——Chaenjun quiere mudarse, cuando termine el juicio.
——No hay problema, puedo ir a verte.
——De continente.
——Oh... ——La sonrisa que estuvó sosteniendo Minho, fue retirada.
——Él quiere comenzar una nueva vida fuera de Asia ——contó.
——¿Y tú quieres? ——cuestionó, deseando que la respuesta sea negativa.
——Sí.
El pecho del mayor se oprimió.
Por un momento pensó que la relación con Jisung no sería algo momentáneo, creyó que después del juicio continuarían manteniendo contacto, y que el menor permanecería a su lado, aunque sea como amigos... No obstante, parecía que nada iba a salir como él esperaba.
Jisung se iría, y lo dejaría en esa enorme soledad que lo agobiada tanto, lo dejaría solo, de nuevo, él volvería a estar encerrado en su cuarto, a no salir, a vivir en una vida tan aburrida y rutinaria.
Minho sonrió, y lo miró.
Jisung parece un ángel, con su cabello rubio, y su piel canela, brillando tan fuerte, como siempre.
——Entonces disfrutemos de los últimos días que nos quedan juntos.
El menor lo miró confundido.
——¿No estas enojado?
——¿Por qué lo estaría? No puedo obligarte a quedarte aquí.
——¿Tú quieres que me quedé?
——Sí. Pero no puedo obligarte a ello. Tu hermano y tú tienen el derecho a rehacher su vida, aunque yo no forme parte de ella.
——No digas eso, Minho.
——¿Qué quieres que diga? Seguro en menos de un año te olvides de mí, y seré parte de tu pasado. Estaré solo de nuevo.
——Me gustas, Minho...
——No. No sabes si te gustó, o es una dependencia, tu mismo lo dijiste.
——Lo siento ——susurró con tristeza——. No puedo entender lo que siento...
——¡No arreglas nada con tu perdón! Me dejaras, te irás, yo voy a estar solo de nuevo. —— Su voz era débil, sus ojos se cristalizaron y sus manos tenían un leve temblor.
Jisung intento acercarse pero Minho no lo dejó, lo miró, sus ojos ya estaban llenos de lágrimas y su ceño estaba fruncido.
——¡No me toques! No te acerques, yo... Voy a aprender a estar solo, no intentes consolarme, no quiero acostumbrarme, voy a estar solo de nuevo...
——Minho...
——¡Vete! Dejame solo, Jisung.
——Por favor, hablemos...
——¡Vete! ——exclamó, y limpió con sus manos las lágrimas que salían de sus ojos.
El menor solo se alejó, dejando a Minho solo, con aquel dolor que le oprimia el pecho, y hacia que su cuerpo se sienta débil.
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