enemies on ice [noren]

8

Renjun soltó una risa que rápidamente se convirtió en un jadeo al instante que el más alto lo hizo girar ahora haciéndolo quedar debajo suyo. Sus labios continuaron moviéndose sobre los del otro cada segundo con más intensidad, un rato más tarde Jeno se alejó mordiendo su labio inferior.

-Espera, no puedo respirar.-dijo con la respiración agitada.

Jeno los hizo salir a ambos de debajo de las sábanas y asintió.

-Yo tampoco.-susurro.

-Entonces ¿Por qué no dijiste nada?

Soltó una risa apartando el cabello húmedo de la frente de Jeno pero el más alto solo se encogió de hombros antes de volver a besarlo, sin embargo, solo estuvo en sus labios unos segundos antes de bajar hacia su pecho y comenzar a dejar pequeñas mordidas. Renjun gimió cuando su habilidosa lengua comenzó a jugar con uno de sus pezones y luego a morderlo suavemente.

-Jeno...

El peli azul sin dejar de mirarlo comenzó a bajar sus cortos pantalones junto a su ropa interior.

Renjun iba a dormir, en serio era su plan pero un extraño impulso llamado hormonas le había hecho enviarle fotos algo comprometedoras a su supuesto enemigo y unos minutos más tarde el chico estaba en su lugar y ahora estaban así, apunto de hacerlo.

Los labios de Jeno recorrieron su abdomen y su cintura hasta llegar a su hombría donde dejó un húmedo beso que hizo a Renjun tirar su cabeza hacia atrás. El menor mantuvo su cintura quieta y tomó el control nuevamente tomando su pene en su boca, solo la punta, delicadamente antes de alejarse y escupir. Los dedos de los pies de Renjun se encogían y sus caderas ansiaban por subir y hacer que lo metiera todo en su boca, pero no fue así y fue tan frustrante pero delicioso a la vez.

-¿Puedes dejar de jugar?

-No.-respondió en su susurro.

Renjun gruñó fastidiado pero antes de poder decir algo el menor comenzó a masturbarlo con fuerza, sus muslos temblaban pero luego se detuvo y sentía su cuello pegajoso por el sudor, soltó un quejido y su boca volvió a trabajar, y así fue... A cada instante que Renjun sentía tocar el cielo volvía a caer nuevamente en la triste tierra porque Jeno solo quería jugar con el.

-Por favor...-soltó ya llorando.

Jeno sonrió acercándose a sus labios y con su mano nuevamente comenzó a masturbarlo mientras se besaban, fue suave pero llegó, y se sintió tan feliz.

-¿Bien?

-Eres malo.-soltó con voz temblorosa.

Jeno levantó sus cejas y con una de sus rodillas hizo que sus piernas se separaran, jalo su cadera y con lentos toques y su mano llena de su semen llegó hacia su entrada. Lo acarició lentamente con su propia corrida y cuando lo sintió listo comenzó a dejar besos en su mandíbula mientras lo penetraba lentamente.