cap.8 my prince

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Suspiro con calidez por última vez, mientras que lagrimas frescas empezaron a desbordar por sus bellos orbes azules, los cuales cerro y se permitió sollozar, Esencia se encontraba en la oscuridad y frio de la habitación en la que se encontraba, pero su rostro estaba enteramente pintado de dolor, sus tristes sentimientos la hacían temblar y quebrarse cada vez más, mientras que su cuerpo se apegaba contra aquel mueble de madera que se balanceaba de lado y que al mismo tiempo le servía como soporte secundario, ya que su soporte principal estaba a su lado haciéndola sentir amada, de verdad agradecía ante todo ancestro que ahora la vigilaba desde arriba, que su marido estuviera ahí, aquel funk troll el cual era el único que podía amarla de la manera que él lo hacía y también el único que comprendía su dolor y podría mantenerla alejada de eso, ahora cerro sus ojos mientras este acariciaba su mejilla.

-Q...-levanto su vista hacia aquel troll morado, ahora pasando una de sus manos sobre sus lindas rastas moradas y rosadas, ella se encontraba sonriendo, pero torrentes de lágrimas corrían por sus mejillas.

-está bien...está bien...-le decía Quincy entre suaves sollozos, también se encontraba devastado, pero por primera vez, se sentía bien estarlo, sobre todo cuando recordaba contra que se mantenía sobre sus rodillas.

Al sentir sus cálidos brazos dándole caricias y acercándola a su pecho con tal de darle consuelo, Esencia no se negó y acepto, ahora dándole caricias en su pecho y arrancándole a él suaves jadeos entre aquella tristeza, era tan lindo que incluso cuando se encontraban tristes, su amada esposa ternura le devolvía la vida, al mismo tiempo, con una débil sonrisa prosiguió a darle varios besos en su rostro, decorándole de brillo azul y Quincy adoro cada segundo de esto, no le molestaba quedar completamente de otro color si gracias a ella podía sonreír y sentirse bien, aun cuando estaba triste.

El mayor, después de aquellos mimos, limpió sus lágrimas y levanto su mirada a aquello que por malísima vez rompía su corazón, la cuna que iba a ser de su hijo perdido, donde el pudiera descansar, donde pudiera verlo dormir, ahí también se encontraba su mantita amarilla, tenía una letra C tallada en el respaldo de esta, desde el día que su hijo se había ido, la habían guardado, puesto que tenerla vacía junto a la de su hermano gemelo era demasiado doloroso, pero aun así cada que podían, se quedaban en la habitación viéndola, recargándose contra esta o quedando arrodillados para llorar libremente.

-solamente imagínalo a él ahí...cada mañana despertar y verlo sonreír, verlo llamarnos o hasta incluso que sus llantos de madrugada sean lo que nos despierten y así yo te convenzo para que vayas tu a atenderlo y así ahorrarme 30 minutos de sueño.-dejo ir una pequeña risa entre sus lágrimas.-o que él y Darinel estén muy asustados por la oscuridad o sus pesadillas y quieran ir con nosotros...o verlos felices en el escenario cantando junto a nosotros.

Quincy sonrió suavemente y paso una de sus manos por su rostro, corriéndole uno que otro mechón azul de so rostro y besando su mejilla con delicadeza, no quería apartarse del abrazo en ningún momento, pero aquello que pensó decir le saco una leve lagrima in siquiera dialogar.

-Y-yo sé que ellos serian igual a ti, lindos, adorables, elegantes, con tus fracciones y lindos ojos, tú sonrisa, tú cabello...esa habilidad de hacer que, con tan solo existir, ya quiera darles todo el amor que hay en mi ser...-comento inocente y tierno el mayor, podía estar llorando ahora mismo, pero so sonrisa era tan pura.

-¿crees que esa habilidad es mía?, ¿entonces que explica mis ganas de cada día decirte que te amo y poque quiero siempre tener tiempo para adorarte? -la monarca del Funk respondió y se aferró a su marido otra vez, hasta que un golpe de realidad la guio a llorar nuevamente. -...aunque...duele saber que nuestro amor solo podrá sentirlo uno, inclusive cuando uno de ellos ya se había adueñado de mi corazón.

Huerfilo||°Angst°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora