colorante

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Cuando Ochako llega a casa tarde esa noche, ve el video por sí misma. Katsuki le hace prometer que no leerá los comentarios, y lo hace. Ella lo mira con esta triste comprensión, pero él puede decir que hay una parte de ella, esa parte exasperantemente optimista, que cree que pueden resolver todo esto con una simple llamada telefónica.

-Si contactamos a una red y explicamos- intenta, pero Katsuki no puede mirarla a los ojos. El daño ya esta hecho.

Cuando Ochako intenta abrazarlo, él se encoge de hombros. Él puede decir que ella está herida por eso, y se disculpará más tarde, pero no quiere que lo consuelen en este momento.

Quiere ver cómo está su hija.

Son las diez en punto, mucho más allá de la hora de dormir de Katsuki o de su hijo, pero él se ha recuperado del estrés y ella ha estado despierta debido a la gran siesta que tomó antes. Cuando Katsuki entra a su habitación, Kawa está sentada en su cama, coloreando un libro sobre Deku que Ochako definitivamente le regaló. Se da cuenta de cómo ella está llenando el disfraz de Deku con los colores de su padre, pero Katsuki ni siquiera puede sentirse satisfecha por eso.

-¿Cómo te sientes?- Pregunta Katsuki desde la puerta, con los brazos cruzados y el hombro apoyado contra la puerta. Intenta parecer distante, pero se siente incómodo y rígido.

Kawa, siendo la niña de cuatro años que es, no es lo suficientemente perceptiva emocionalmente como para notar su malestar. Ella le sonríe, las mejillas redondeadas se hinchan y el flequillo rubio desordenado está torcido.

-¡Bien!-

-¿Sí?- Katsuki se aclara la garganta. -¿La medicina funciona?

Arruga la nariz y aprieta el lápiz de color verde militar. -Sabía a mierda.

Katsuki asiente distraídamente, y luego de un momento de vacilación, cruza su habitación y se sienta en el borde de su cama. -¿Vas a ser dura y volverás a la escuela mañana?-

Kawa se encoge de hombros, haciendo pucheros de una manera que una vez más le recuerda a Ochako. -Creo. Aunque no quiero.

-¿Hah? ¿Por qué? Pensé que te gustaba la escuela.

-Sí, pero quiero quedarme aquí contigo. Me divertí mucho hoy, papá.

Ese sentimiento en la garganta de Katsuki está de regreso, pero esta vez puede identificarlo por lo que es. Se levanta rápidamente y gira la cabeza lejos de Kawa, sabiendo que si tuviera su edad le daría miedo y le molestaría ver a uno de sus padres así. Preferiría llevarse una de sus propias explosiones a la cara antes que que ella lo viera como es ahora.

-Yo también, Mochi Face. Ahora vuelve a dormirte. 

El padre del año //kacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora