Katsuki siente que Ochako lo alcanza en su cama en medio de la noche, y sabe que van a hablar de esto muy pronto, pero ambos saben que ahora no es el momento. Pronto descubrirán si esto va a pasar, o si va a ser una pesadilla para su familia en un futuro indeterminado.
Pero por ahora, Katsuki intenta hacer a un lado esos sentimientos a favor de sentir la boca abierta de su esposa en su cuello, sintiendo la sensación de su piel suave y llena de cicatrices contra sus manos ásperas.
-Te amo, Katsuki,- susurra Ochako una y otra vez, más de lo que suele hacer, y él sabe que es para él, y también sabe que es exactamente lo que necesita.
Está enredado en sus extremidades cuando sale el sol, con la mano en su espalda, sintiendo la suave oleada de su respiración inconsciente. El latido de su corazón a través de su espalda es todo lo que Katsuki tiene para asegurarse.
Le importa un carajo lo que la gente piense de él. Nunca lo ha hecho, nunca lo haré. Pero no se va a quedar de brazos cruzados y ver a un montón de extras superficiales de mierda desquitarse con su familia. Incluso si eso significa que tiene que probarse a sí mismo de una manera que nunca pensó que tenía que hacerlo. Incluso si tiene que jugar a sus ridículos pequeños juegos.
Katsuki sabe qué tipo de hombre es y qué tipo de padre es. Y si tiene que obligar al resto del mundo a reconocerlo también, entonces no sabrán qué los golpeó.
