El chico sabía a ciencia cierta la facilidad con la que el dinero volaba, sin embargo, aquella era una exageración. Hasta el último centavo adquirido durante sus días de mesero en aquel viejo y destartalado restaurante se había esfumado en el pago de sus múltiples deudas, necesidades básicas y, por último, un nuevo vestido para la muchacha, ya que el anterior carecía de remedio. Él no lo habría hecho. Posiblemente, su intento de disculpa no habría sobrepasado la proposición de alguna comida gratis o, quizá, simplemente un par de servilletas. No obstante, los brillosos y almendrados ojos de la chica infundían el desprecio suficiente como para hacerle entender el que eso no bastaría. No sería lo adecuado.
Él la comparó con el matorral de bellas y rosadas flores que crecía oculto en su patio trasero. Totalmente excepcionales pero, a la vez, letales al tener contacto con ellas.
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Mariposas de Papel
Short StoryElla. Se escondía tras falsas sonrisas y múltiples vasos de café, tragándose las lágrimas de ingenuidad junto a cada sorbo de los mismos. Callaba sus gritos con un silencio tan profundo como sus enredos y problemas, recriminándose el ser demasiado d...