Día catorce.

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Trapos sucios, voces amargas y miradas perdidas entre la espumosidad del café. Pedidos incompletos, regaños constantes y ojos adheridos a la puerta principal en espera de ver a aquella cabellera castaña, aún así supiesen de la irracionalidad e incoherencia que esa mismísima escena conllevaba. Tragó saliva, formuló una mueca y continuó con su trabajo, tratando de hallar una solución a algo que carecía de ella.

Debía de existir la manera, y lograría encontrarla. Había prometido ser su héroe...

Y la comparó con la damisela en apuros, resguardada en lo alto de su torre de hospital.

Mariposas de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora