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_Narra Darío_

Todos mis esfuerzos están dando el resultado que quiero. Desde que estuve con ella, nunca había deseado tener a alguien por el resto de mi vida pero ahora, mi mente  ha estado agitado y mi corazón esta haciendo cosquillas, deseando que ella nunca se alegro de mi.

No puedo soportar la agonía que me causa cuando ella no está a mi lado, esto puede parecer muy egoísta pero no quiero que ella se aleje de mi.

Todos los presentes no terminan de sorprenderse al verme de rodillas frente a ella esperando por su respuesta.

Sus ojos están llenos de sorpresa y se cubren de lágrimas, me imagino lo feliz que se encuentra por mi proposición porque me encuentro de la misma manera.

Cuando estaba a punto de dar su respuesta ella se desvaneció,  mi reflejo la alcanzó para que no se golpeara contra el suelo.

Cargo entre mis brazos su liviano cuerpo preocupado por ella. ¿No pudo soportar tanta emoción? O se lastimó en alguna parte.

La llevó hasta su habitación donde un médico nos está esperando para atenderla. La dejó en la cama para que el médico haga su trabajo sin embargo el anciano se ve algo nervioso.

-¿Que es lo que tienen la princesa? - el anciano baja el rostro con un terror.

-La princesa no... No tiene nada, ella está despierta. - aun con su tartamudeo después de decir los resultados ella abre los ojos, todo esto a sido un completo engaño para no responder en público mi propuesta. Río a más no poder por lo gracioso que es esta situación y lo ingeniosa que es ella para esquivarme.

-Te puedes retirar. - el anciano junto con su ayudante se marchan rápidamente. - ¿Porque no te quieres casar conmigo?- ella se sienta en la cama con rostro disgustado.

-Lo siento pero no quiero vivir en la realeza, odio la jerarquía  y sobre todo, no voy a poder soportar  compartir a mi esposo con las concubinas. - antes ella bajara el rostro pude ver una gran tristeza.

Sé que a vivido rodeada de odio, envidia y dolor a causa del rey y su lujuriosa vida inmoral. Me senté en la orilla de la cama, acarició su rostro y la hago que me mire a los ojos.

-En Germanía no existen las concubinas o cortesanas, solo existe la emperatriz así que no tienes que sentir celos por eso. - su rostro se lleno de rubor.

-Yo no estoy celosa. - aunque trate de esconderlo, su rostro avergonzado y su cuerpo la delata.

-Bueno tus palabras me sonaron algo como: No quiero compartir a mi hombre con ninguna mujer. - sus ojos se sorprenden y su boca se abre por la sorpresa, ella cubre su rostro con sus manos. Cuando se ruboriza ella me enamora más así que me gusta molestar. ¿Cuando me comenzaste a gustar de esta manera tan profunda?



~~~~Que agradable pareja 👫💜 como pidieron otro capítulo aquí está😌😌Yo soy tan complaciente, espero lo disfruten, no olviden votar y comentar❣~~~~~

El Rey y el Duque. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora