Un nuevo día y la misma rutina de siempre, levantarme, bañarme y después colocarme ese asqueroso uniforme. bajar a desayunar y después irme en esa camioneta hasta el instituto.
Al llegar, nos encontramos a Lucy y Sam hablando y después de unos rápidos saludos, nos dirigimos a nuestras clases.
-Tengo hambreee._ me quejé mientras caminábamos hasta matemáticas.
-Acabamos de salir de casa._ dijo André y yo lo fulminé con la mirada.
-Para la comida nunca hay un horario._ me crucé de brazos.
-Yo te entiendo amiga, pero tengo un método para entrar a la cocina sin ser detectada._ Sam me guiñó un ojo y yo me acerqué a ella.
-Cuéntame tus secretos, maestra._ hice una reverencia escuchando las risas de todos.
Sam me dio su secreto. No era ton complicado, solo era entrar por la puerta trasera que tenía un código (el cual era la fecha de nacimiento de la directora) y podías sacar la comida que quisieras.
Fui sola a mi aventura, porque Sam se había abastecido de comida ayer después del almuerzo, e hice justo como ella me indicó: me fije de que no había nadie, escribí la clave y el paraíso se abrió ante mis ojos.
Como no había nadie, me fue aún más fácil agarrar dos manzana y tres bananas. Cuando iba a irme, me llevé una gran sorpresa.
-Al parecer no soy la única con hambre aquí._ comenté abriendo paso a una sonrisa de lado.
Jade dio un respiro y dejó los platos sucios de lado para mirarme con irritación.
-¿Qué haces aquí, Roberts?_ se cruzó de brazos intentando verse intimidante con una red para el cabello?
-¿Yo? Alimentándome, soy el futuro del país, necesito comida._ me encogí de hombros. -¿Y tú? ¿Practicas para el futuro?
-Muy graciosa._ me lanzó un poco de agua y yo no pude evitar reír.
A pesar de que jade era una mimada, molestarla era como un pasatiempo para mi. Además me gustaba ver como se enojaba.
-Tranquila, Cabello. Guardaré tu secreto._ me senté en la encimera y empecé a comer un manzana.
Camila solo me miraba sin ninguna expresión en su rostro salvo la irritación total.
-¿Quieres irte? No me agrada estar al lado de una becada.
-Mm..._ hice una pose pensativa y después sonreí. -Noup. No voy a irme.
-Hablo enserio, Roberts. Vete ahora mismo._ dijo seriamente y yo solo seguí sonriendo.
-Oblígame._ reté lanzando el corazón de la manzana a un basurero.
Jade estaba a punto de estallar, tenía las mejillas rojas y sus ojos echaban chispas. Adorable ¿cier...
Olviden que dije esa parte.
-¡Oh! ¿Y un cucharón asesino va a hacer que me vaya?_ me burlé acercándome a una trituradora que tenia jugo de mora en su interior.
-¡Vete!_ Jade versión Psicópata le dio un golpe al aparato y este se encendió derramado el jugo por todas partes. Precisamente en nuestra ropa.
Me limpié la nariz y los ojos lamiendo con mi lengua algunos restos de mi boca, después cuando estuve más o menos limpia, abrí los ojos viendo como Jade se limpiaba igual que yo.
-¡Pedazo de idiota!_ casi grito acercándose a mi, al ver sus ojos asesinos decidí retroceder. -¡Mira lo que hiciste!
-Tu fuiste la loca que intentó asesinarme con un cucharón._ me defendí sacándole la lengua.
Derrocho madurez, lo sé.
-¡Mira tú...
Jade fue interrumpida por el llamado de la hermosa directora que se aproximaba con paso lento hasta nosotras.
-Quiero saber... ¿Qué acaba de suceder?_ preguntó la señorita Brooke subiendo el puente de sus gafas.
-¿quiere la verdad o lo que quiere escuchar?_ sonreí tímidamente pero al ver su rostro serio lentamente se borró.
-Las tres sabemos exactamente lo que sucedió._ siguió hablando observando el lugar. -Y es por eso que pagarán un castigo después de clases. Ahora quiero que se limpien y vuelvan a su salón.
Nosotras sin ninguna protesta hicimos caso y salimos al pasillo dejando algunas gotas de jugo en el camino.
-Esto es tú culpa, sino hubieras empezado a hablarme no estaríamos en esta situación._ acusó la chica de muy mal humor.
-¿Mi culpa? Creo que debo recordarte quien ataco a quien ¿no?_ me crucé de brazos algo indignada.
-Solo no me hables, las becadas como tú no tienen derecho a hablarme.
-Supongo que les haces un favor._ murmure viendo con el fuego en sus ojos volvía.
-¿Que has dicho?
-Nada, nada._ me aleje de ella camino a los baños donde llamé a nuestro chófer para que fuera por un uniforme.
(...)
El problema con los adultos es que piensan que los adolescentes somos estúpidos.
El problema con los adultos es que creen que dejarnos dos horas más de lo debido en un castigo hará que dejemos de golpear trituradoras con cucharones. Tomemos de ejemplo a jade.
-No quiero celulares afuera, ni ningún aparato electrónico. ¿Entendido?_ dijo la directora sonriendo satisfecha al ver como ambas asentíamos con la cabeza.
Allyson Brooke era hermosa, pero sentía que a su vida le hacia falta emoción.
-pueden irse cuando las dos horas estén cumplidas._ y con esas últimas palabras abandono el salón.
Mientras Jade miraba con cara de orto la pared, yo miraba en todas las direcciones con desespero. Odiaba los silencios incómodos, siempre que había uno debía romperlo de alguna manera y al parecer Jade los amaba.
Para calmar mi desespero encendí un cigarrillo y empecé a fumarlo lentamente.
-¿Tú fumas?_ preguntó Jade sorprendida.
-Noo que va... Simplemente inhalo y exhalo humo por diversión._ respondí sarcásticamente soltando el humo.
-Y yo que creía que eras chica buena._ giró a verme mientras le daba una calada a mi cigarrillo
Me quedé mirándola unos segundos y después me levanté de mi silla para hacerlo nuevamente en la mesa frente a ella.
-Ya te descifré, West._ comenté soltando el humo nuevamente.
-¿Descifrarme?
Asentí y ella me miro fijamente interesada en el tema que saque a lucir.
-Eres una niña mimada; tienes excelentes notas, nunca has tocado un cigarrillo odias las fiestas, te encantan las tijeras y en resumen eres una niña mimada pero sana
Finalicé sonriéndole socarronamente y ella sonrío del mismo modo levantando una ceja.
-¿Y cómo sabes tú eso?
-Lo de niña mimada ni te lo explico. Cada vez que compartimos clases eres la primera en acabar y los maestros ni se preocupan por observarlo, cuando empecé a fumar te sorprendiste como lo hacen las personas que creen que fumar es perjudicial para la salud. Los mimados como tú hacen una fiesta cada tres horas y tú no has asistido a ninguna, todas las mañanas comes una manzana sin falta en el desayuno y siempre tienen una tijera en tu cintura guardada bajo la ropa y en tu casillero también.
Jade asintió como si le hubiera satisfecho mis respuestas.
-Muy buen análisis, Roberts. Pero debo corregirte en algo... que no me gusten las fiestas o el cigarrillo no quiere decir que sea una niña buena._ se acercó a mi y susurro de forma confidencial.
Reí suavemente y volví a hacer lo mismo que ella.
-Por supuesto que lo eres, West. Pero déjame decirte que las chicas buenas, son chicas malas que nunca han sido atrapadas.
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Problem(jori)(Adaptación)
AventuraVictoria vega. Es una chica de 17 años que tiene todo lo que cualquiera podría pedir en su vida. Sin embargo, ella prefiere la vida loca y eso es una abominación para sus padres y reputación. Esa es la razón por la que deciden enviar a su hija junto...